Decibel Open Air, que se lleva celebrando en Florencia desde hace ya 5 ediciones regresó triunfante a principios de este setiembre con una gran variedad de talentos musicales internacionales en un marco incomparable
Este pasado septiembre, tuvimos la oportunidad de asistir a uno de los mayores festivales europeos de música electrónica . Decibel es enorme en tamaño, escala y alcance, lo que lo convierte en una experiencia única, y es que se celebra en una enorme área verde de 100000 m² a unos 20 minutos del centro histórico de Florencia, cerca del Aeropuerto de Peretola. Al ser un festival de corta duración, se trató de un horario intensivo de 12 horas, de mediodía a medianoche. El número de asistentes rondó las 50000 personas. Naturalmente, la mayoría de los asistentes eran italianos. Muchos de ellos volaron a Florencia desde distintos puntos del país, así como también una gran cantidad de ciudadanos de países vecinos, la mayoría desde Alemania y España.
El prefetto, que es una representación del ministerio de interior en el territorio, vetó el alcohol por problemas con los permisos, así que a la organización del festival no le quedó más remedio que vender solamente botellas de agua y refrescos. Ítems que fueron necesarios para absolutamente todos los asistentes y trabajadores del evento, pues durante las primeras horas de ambas jornadas se vivió un calor de pleno verano. De hecho, a veces se nos olvida que en setiembre sigue siendo verano.
Con el 93% de las entradas ya vendidas, los tres escenarios dieron su puntual pistoletazo de salida con artistas de la casa. El napolitano Paco S Less, la colega de nuestros Suara, Cora Kerj y los jovencísimos Peter/Feela de los que se puede esperar muchas cosas buenas próximamente. Estos DJs, que llevan ya unos años lanzando música conjuntamente, han estado formándose musicalmente juntos desde que se conocieron en el colegio y hasta hace poco han estado estudiando Producción Musical y Síntesis Sonora. Es interesante fijarse en este último apunte: estudiar. Entrar a jugar en la liga de los grandes artistas de la música electrónica no es tarea fácil. A veces pasamos por alto la dedicación, conocimiento y atención al detalle necesarios para producir música que suene bien en los potentes equipos de sonido que se utilizan en clubs y festivales. Tanto la producción como la ingeniería de sonido son aspectos esenciales que, cuando un artista controla, brinda una independencia y seguridad que acorta y facilita tremendamente el –muchas veces arduo– trayecto hacia un producto final de calidad. Este dúo de DJs italianos dan ejemplo de que, si se estudia lo suficiente, se llega antes a los grandes escenarios. ¡A estudiar! Fin de la observación.
Siguieron pasando por las maderas de los escenarios Dov’è Liana, Mattia Trani, Fivep, Klaus y Pôngo en directo, Meduza, Brina Knauss, y los veteranos Camelphat. En el Zamna Stage (que el domingo pasaría a llamarse Social Music City, estuvo Folamour. El francés, que siempre ha sido una manifestación de las ganas de bailar, cantar, abrazar y divertirse, arrastró al público hacia una gran fiesta a través de un espectáculo que abarcarcó desde canciones del pasado hasta las piezas más recientes de su último proyecto discográfico titulado ‘Manifesto’.
El parisino Trym fue recibido con los brazos abiertos por lo potente de su propuesta, un punto de encuentro entre el harddance y el hardtrance que defiende a través de su propio sello COLOR. Una de las estrellas de la primera jornada, Oguz, reventó la carpa Resonance cuando aún no eran ni las ocho de la tarde haciendo bailar como locos a una marea de personas entregadas al hard techno del holandés. Ha sido precisamente este género uno de los que más ha imperado en el cartel de Decibel. No es casualidad. Estamos viviendo una época de auge en cuanto a la vertiente más agresiva y potente de la música electrónica, y los organizadores del festival saben lo que el público quiere. Artistas como Oguz, 999999999 o I Hate Models, que precisamente reventaron la carpa de Resonance durante las últimas horas de la tarde del sábado están normalizando cada vez más que la gente disfrute de esta vertiente más agresiva del hard techno.
Aún así, el lineup de esta edición tiene mucho más que ofrecer y se ve capaz de satisfacer los deseos de todos los asistentes. En otra frecuencia, algo más apacible, el público pudo disfrutar del set dos de los tres integrantes de WhoMadeWho, Tomas Høffding aka Bon Homme y Tomas Barfod. La banda danesa lleva ya 20 añazos construyendo un legado que está dando sus frutos, ahora más que nunca, y se han convertido en una selección que es sinónimo de clase y musicalidad allá adonde vayan. Se encuentran en una posición privilegiada ya que, por lo particular de su propuesta y la adaptabilidad en cuanto a la configuración de su set, tienen la capacidad de encajar a la perfección en los mejores festivales de música electrónica del mundo de la misma forma que en eventos más propios de bandas rock e indie como el Roskilde de su Dinamarca natal o el festival inglés Glastonbury.
Antes de que terminase la primera noche, hubo un momento de consenso, un tipo de quorum tácito con el que una gran mayoría de los asistentes estuvo de acuerdo. El acuerdo en cuestión fue ir a ver al supergrupo Moderat en el escenario Jager mientras anochecía. Un plan perfecto que es difícilmente rechazable para cualquier persona con sentido común. Pues bien, como no podía ser de otra forma, la banda que surgió de la unión de Sascha Ring de Apparat y al dúo berlinés Modeselektor (Gernot Bronsert y Sebastian Szary) hace ya veinte años, no defraudó En una disposición en el escenario que recuerda a la que está utilizando Bicep –o viceversa–, los productores tienen montado un set con el que jugar a ser lo más intérpretes, lo más Live posible. Percusiones montadas in situ, rechazando el recurso de, simplemente, lanzar clips; la voz de Sascha que suena al mismo nivel de excelencia que en sus álbums, giritos y sorpresas en melodías y partes de canciones archiconocidas que reforzaban la noción de que el espectáculo se estaba desarrollando en directo, ante nuestros ojos. El aquí y ahora más suculento y emocionante. Las primeras filas de asistentes no tuvieron tiempo a abandonar sus posiciones para ir, por ejemplo, a comprar un par de botellas de agua para seguir con la sesión, pues la siguiente persona en subirse al escenario fue Boris Brejcha. El alemán hizo lo que bien sabe hacer un mínimo de dos o tres veces por semana en su temporada anual de festivales que se alarga durante varios meses. Brejcha sabe que tiene un set infalible, que se conoce a la perfección, y que deja al público más que satisfecho una y otra vez.
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Tras un sábado con casi todas las entradas agotadas, el domingo fue el verdadero día estrella del festival. Los veintidós artistas del cartel –Klangkuenstler, una de las estrellas de la jornada, fue baja de última hora por motivos de salud– estaban preparados para ir turnándose rápidamente entre los tres grandes escenarios en una jornada con un polvo en suspensión algo más molesto que el día anterior debido al viento que fue levantándose a lo largo de la tarde. Al mediodía, artistas como Roberto Pagliaccia, Sara Mozillo, The Florentian Cabaret, Earthlife, Raven, Milandra Jr, Olympe y Honeyluv fueron calentando motores bajo un sol de categoría. Daria Kolosova, DJ y productora ucraniana que está acostumbrada a acudir asiduamente a instituciones como Berghain, fabric o Bassiani, tiró de tablas y pegó un acelerón a la motivación de los asistentes, que hacia las cinco de la tarde ya estaban con el ralentí revolucionado. A Kolosova le siguió Adiel, Charlie Sparks, Anfisa Letyago y Dyen, mientras a algunos cientos de metros otros pesos pesados como Marco Faraone, Amémé, Ilario Alicante y Deborah de Luca hacían lo que mejor saben: hacer que la gente baile como locos.
Cabe hacer una mención especial a dos artistas que, en principio, no ligaban mucho con la “linea editorial” techno y house de Decibel, y así lo fueron haciendo saber, confundidos, varios usuarios en la página de Instagram del festival al publicarse el lineup. Se trata de los artistas urbanos Lazza y Salmo, eminencias en Italia que cuentan con millones de seguidores en sus redes sociales. Dos traperos en mitad de un enorme elenco de artistas de música techno. Pese a las supuestas reticencias por parte de los asistentes a acudir a los sets de los italianos, fueron miles de asistentes los que se acercaron a checkear a Lazza y Salmo, que actuaron seguidos en el escenario Jager. Ambos supieron adaptarse y dieron un giro al tipo de beats que suelen usar y plancharon bases rítmicas mucho más propias del techno, con kicks a negras menos cargados de los subgraves del clásico bombo 808 tan propio del trap actual.
Este pequeño impás solo fue un prefacio a lo que resultó ser el set más multitudinario del fin de semana. ¿Qué DJ tiene la capacidad de convocatoria suficiente como para ser el más aclamado allá adonde vaya? Naturalmente, ese es Paul Kalkbrenner. El alemán ha ido construyéndose un directo infalible a lo largo de estos últimos años que siempre es una gozada de principio a fin. Y él, que es consciente de ello, lo disfruta como si formase parte del público, con sus particulares gestos y su forma de transmitir pasión por cada sample vocal y cada beat que él mismo ha creado. Jamie Jones, que lleva todo el verano llenando Amnesia Ibiza con su Night of The Jaguar estuvo cerrando el escenario Social Music City, con algunos problemas con su unidad multiefectos que supo sobrellevar como si nada hubiese ocurrido. Es en momentos así cuando se nota la experiencia de años y años en las cabinas de todo el mundo.
Para dar clausura a Decibel Open Air 2023 se subió al escenario principal Amelie Lens, que es ya una presencia indispensable en los más importantes encuentros de música electrónica desde hace varios años. Lens estuvo a punto de no llegar a tiempo a su cita en la cabina. Con lágrimas en los ojos cuenta a través de un vídeo selfie en Instagram cómo esta era una de las fechas más importantes del año para ella y que, debido a problemas con el avión que iban a utilizar para ir de Ibiza a Florencia, a punto estuvo de tener que cancelar su actuación. Precisamente, tras su implacable set, como nos tiene acostumbrados, la DJ belga tuvo que responder a una cantidad considerable de comentarios que surgieron en las redes sociales. Lens lucía un top corto que dejaba ver su vientre y, aunque su estado de gestación ya se conocía desde hace semanas, fue la primera vez que tuvo que atajar la situación y cortar por lo sano. Los comentarios en cuestión la acusaban de, potencialmente, ”traumatizar a su bebé” por ejercer de DJ durante su embarazo, algo a lo que Lens respondió con toda la sinceridad. Aclaró las cosas subrayando la importancia de no emitir juicios sin conocer los hechos, puesto que es su decisión de seguir trabajando durante el embarazo está apoyada y asesorada por los mejores médicos del mundo. La controversia en torno a Amelie Lens plantea importantes cuestiones sobre las mujeres en la industria musical y su derecho a proseguir su carrera al tiempo que fundan una familia. Durante años, muchas artistas se han enfrentado a las expectativas y los juicios de la sociedad cuando deciden ser madres mientras trabajan en campos dominados por los hombres, como la música electrónica.
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La música electrónica es un lenguaje universal y así lo demuestra el hecho de tanta gente se acercase a la enorme explanada florentina en la última tirada de calor veraniego de la temporada. Lo mejor que puede pasar en este tipo de eventos es que la gente se quede con ganas de más. Y, en este caso, eso es lo que ha sucedido. Por eso, la organización ya está manos a la obra con la planificación de Decibel Open Air 2024 y espera poder empezar a dar más detalles durante estos próximos meses.