Steve Lawler protagoniza la portada de nuestro número de agosto
Agosto siempre sabe a gloria. Que se lo pregunten a Steve Lawler, que repite el gustirrínin de encabezar nuestra edición de agosto. En plena temporada estival y con la maquinaria ibicenca a toda máquina (valga la redundancia), el británico afronta el ecuador de su andadura sonora con mayor solera que nuca. El que saliera del movimiento acid house y rave de la escena noventera de Birmingham se sienta con nosotros para hablar del buen hacer de su imprenta VIVa Music o la nueva etapa en la isla blanca encabezando una de las noches semanales en Hï Ibiza.
Pero este ferragosto viene más cargado que nunca; el dúo de Glasgow, Optimo, el housazo de Folamour o la aproximación a la síntesis modular a cargo de Colin Benders se cuelan en nuestras siguientes páginas por méritos propios y trabajos en el punto de mira del reclamo a nivel mundial.
Nuestro apoyo y homenaje al eterno femenino viene este mes de la mano de dos figuras que comienzan a asomar la cabeza en una escena que les recibe con los brazos abiertos. La simpática y technoide Charlotte de Witte, en ámbito internacional, y Nølah, de aquí, de casa, apuran sus últimos entresijos antes de un cierre de verano que las ha visto comerse los escenarios con alma techno. Session Victim, desde Hamburgo y Berlín respectivamente, también se atreven a sentarse a charlar sobre su último trabajo y las secuelas del “síndrome de tercer largo formato”.
Pero no todo son artistas y conversaciones. El especial del mes ahonda sobre la irrupción, evolución y revolución del fenómeno funk y el resurgimiento en la actualidad. Además, incluimos un reportaje en forma de advertencia consejera, sobre la amenaza climática y como ésta ha llegado a nuestra escena… para quedarse.
Como siempre, os contamos lo bailado en fiestas y festivales como el A Summer Story madrileño, el segundo paso de Brunch por la capital –en su segunda edición-, el bolazo de los Pet Shop Boys en el Teatro Real y nuestro escarceo por el festival belga, Les Ardentes.
A disfrutar el verano, que nos lo hemos ganado. ¡Nos bailamos –y leemos-, en septiembre!