Para conocer el futuro, primero hay que saber el pasado…
Texto: Greg Wilson
Editado por: Josh Ray
Traducción: Eduardo Pérez Waasdorp
SELLOS CLÁSICOS: STAX RECORDS
Habiéndose erigido en Memphis, Tennessee – un epicentro cultural que conectaba el blues, el góspel y la música country – Stax Records, que operaba desde un teatro reconvertido, estaba entre los más grandes sellos de soul.
Creado en 1961 por los hermanos Jim Stewart y Stelle Axton (las primeras dos letras de sus apellidos se combinaron para crear el nombre del sello), su potente banda de house, la Booker T. & The M.G.’s, compuesta por Steve Cooper (guitarra), Al Jackson (batería), Donal ‘Duck’ Dunn (bajo) y Booker T. Jones (teclado), no solo publicó sus propios discos, sino que dio su respaldo a artistas como Sam & Dave, Eddie Floyd y el genial Otis Redding. Ese grupo de personas fue un hito en el EEUU de aquella época, por no decir en Memphis – dos negros y dos blancos en un momento en el que, fuera de Stax, la ciudad seguía siendo un lugar segregado, con un racismo muy arraigado.
Mientras el auto-proclamado ‘Hitsville USA’ (‘Villa-Éxitos USA’, en español) resumía la perspectiva más pulida de Motown en Detroit, Stax, con una perspectiva más cruda, se auto-declaró ‘Soulsville USA’, convirtiéndose en un sello asociado en Reino Unido con los mods (subcultura de los 60) y junto a Tamla Motown y Atlantic, fue responsable de una gran cantidad de música soul publicada en las islas británicas en los 60 y los 70.
En 1967, el Stax-Volt Tour llegó a Europa – un espectáculo musical completo, protagonizado por Otis Redding, Sam & Dave y Booker T. & The M.G.’s, y más. Fue una revelación tanto para los músicos, abrumados por la respuesta y acogida, como para la audiencia – abrumados por lo que habían experimentado. Redding, quizá el mejor cantante soul de todos, tocó en el Monterey Pop Festival en California ese junio. Antecediendo a Woodstock en dos años, esta fue la primera gran reunión de su tipo, con Redding dejando boquiabierto al público hippie. Menos de dos meses después, Otis Redding fallecía en un accidente de avión, junto a cuatro miembros de la joven banda de Stax, The Bar Kays. Esto ocurrió mientras el sello aún se estaba recomponiendo de otro varapalo, cuando Stewart se dio cuenta que, involuntariamente, había cedido todos los derechos del catálogo de Stax a la distribuidora, Atlantic. Luego, en 1968, el reverendo Martin Luther King Jr. fue asesinado en un hotel de Memphis, frecuentado por los artistas y empleados del sello. El hechizo se había roto y el ánimo cambió de forma irreversible. Nunca fue lo mismo para Booker T. & The M.G.’s, que dejarían Stax, en 1971.
Adentrándonos en los 70, Stax adoptó una perspectiva más mercantil bajo la administración de Al Bell y floreció durante un tiempo. Gracias a artistas como Isaac Hayes, las Staples Singers, y un Rufus Thomas revitalizado, disfrutamos de un renacer del funky, cuyo mejor testigo es el clásico documental Wattstax (1973), que trata sobre el legendario concierto que organizó Stax en el Watt Summer Festival de 1972. Sin embargo, otro acuerdo mal gestionado le terminó llevando a su fatal destino, esta vez con CBS Records, que terminaría con el cierre del sello a mediados de los 70.
LUGARES CLÁSICOS: THE DUG OUT, BRISTOL
Durante el principio de los 80, los clubes y fiestas de día eran el foco principal de la escena de música negra de Reino Unido. Sin embargo, en aquella época poco se escribió sobre lo que emergía en el oeste de Bristol. Algo especial fermentaba en este caldero multicultural y quizá fue el propio aislamiento de Bristol que permitió el cultivo de un sonido propio, bajo sus propias reglas.
Lo que separaba a Bristol del resto fue su fusión única de hip-hop y reggae (con una chispa de post-punk) que sería conocido – para disgusto de sus creadores – como ‘trip-hop’. Esto contrastaba con el norte y sur, donde el reggae generalmente no se pinchaba junto a las importaciones de EEUU que definían la escena – esta separación resultaría en un cisma durante los 70, donde los jóvenes negros se identificaban bien como dubheads o funkheads (seguidores de ritmos dub o funk, respectivamente).
Con el trasfondo de los disturbios raciales de St. Paul en 1980, la convergencia de varias escenas underground de Bristol ayudó a unir las distintas tendencias, con el The Dug Out – un longevo local – encontrándose en un lugar privilegiado para ser el epicentro este nuevo movimiento callejero.
DJ Milo (Milo Johnson) fue el catalizador de lo que seguiría. Hizo equipo con Nellee Hooper, famoso por un cameo en Top Of The Pops en 1981 como percusionista de la banda Pigbag. Junto al aficionado del reggae Daddy G (Grant Marshall) empezaron a pinchar en fiestas caseras cubriendo un amplio rango de estilos musicales, pero con un énfasis creciente en los ritmos lentos y atmosferas electrónicas ambient – que posteriormente sería la base del ‘sonido Bristol’.
Compartiendo sus recursos, el trío construyó su propio sistema de sonido, apareciendo con el nombre colectivo The Wild Bunch (en honor a la película western de 1969). En 1983, se aseguraron los miércoles en The Dug Out – atrayendo breakdancers y grafiteros locales gracias a su sensibilidad electro/hip-hop. Ampliando sus horizontes, añadieron a más miembros, como 3D (Robert Del Naja), Mushroom (Andrew Vowles), Willy Wee (Claude Williams) y Tricky Kid (Adrian Thaws), y se forjaron lazos con crews de Londres, como Newtrament y Mastermind.
The Dug Out cerró en 1986 y The Wild Bunch se separó en 1988 – aunque el fénix resurgió con Daddy G, 3D y Mushroom formando Massive Attack. Nellee Hooper se convertiría en uno de los productores más demandados del mundo después de una apabullante serie de éxitos, trabajando con artistas de la talla de Soul II Soul, los propios Massive Attack, Sinéad O´Connor o Björk. Otros artistas que están en deuda con este emblemático local incluyen a Smith & Mighty, Tricky, Portishead y Roni Size – cuyos trabajos establecieron a Bristol como uno de los hervideros musicales más importantes de Reino Unido. El grafiti también quedaría arraigado en la cultura de la ciudad, con su hijo más famoso, Bansky, siendo reverenciado a nivel global.
DJs CLÁSICOS: LARRY LEVAN
Ilustración de Larry Levan de Pete Fowler
Hay DJs icónicos que han marcado épocas. En el siguiente nivel está Larry Levan. El de Brooklyn, nacido como Lawrence Philpot, convirtió su residencia en el Paradise Garage de Nueva York (de 1977 a 1987) en toda una leyenda – un brillante ejemplo de lo que podía conseguirse en un espacio de club donde todos los elementos esenciales funcionaban de manera óptima. Levan se vio inspirado por los pioneros neoyorquinos David Mancuso y Nicky Siano – con las fiestas de The Loft de Mancuso siendo las que marcaban el ritmo de la época disco de Nueva York, juntando a negros, blancos, gais y heteros por igual.
Posteriormente, Levan conocería a su gran amigo Frankie Knuckles, a través de la subcultura drag ball de Harlem. La grandeza esperaba a ambos, que empezaron sus carreras en los Continental Baths a mediados de los 70, una casa de baños gay abierta las 24 horas, que presentaba DJs y música en directo.
Habiendo trabajado también en el club Reade Street, propiedad de Michael Brody, a Levan se le ofreció la residencia de la gran nueva aventura de Brody, el Paradise Garage. Con un sistema de sonido nunca antes visto, diseñado por Richard Long, que llevó la reproducción de audio en entornos de club a nuevos niveles, el Garage se situaría a la vanguardia de la escena de baile underground de Nueva York y, hoy en día, es considerado uno de los mejores clubes de todos los tiempos.
Otro de los clásicos actuales, The Warehouse – por entonces recién abierto en Chicago – intentó tentar a Levan para que se cambiase de ciudad, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Ante esto, centraron su atención en su amigo, dándole la oportunidad a Frankie Knuckles de experimentar su propia gran aventura.
La perspectiva idiosincrática de Levan y sus eclécticas inclinaciones, combinadas con su creciente apetito por los estupefacientes, significó que el factor sorpresa siempre estaba presente cuando Larry pinchaba. El público le adoraba, al igual que la industria, dada su probada habilidad para descubrir exitazos, haciéndole el DJ de club más influyente del momento – las compañías discográficas y las radios siempre estaban bien representadas entre los asistentes regulares del Garage.
Levan también se convertiría uno de los remixers más preminentes de su época, con su primero, ‘I’ve Got My Mind Made Up’ de Instant Funk, siendo un tremendo triunfo en 1978, además de otros mixes memorables, para artistas de la talla de Gwen Guthrie, Inner Life, David Joseph y su propio proyecto, Peech Boys.
El cierre definitivo del Paradise Garage, debido al positivo en SIDA de Michael Brody, devastó a Levan y las cosas empezaron a caer en una espiral oscura y descendente, que le llevó a vender su preciada colección de discos para financiar su adicción a la heroína, lo que le hizo casi imposible de contratar.
Experimentó una breve mejoría a principios de los 90, cuando pasó cierto tiempo en Londres, con actuaciones en un recién inaugurado Ministry Of Sound, a la vez que ponía a punto el sistema de sonido Richard Long del club. Sus últimas apariciones como DJ fueron en 1992, durante un tour por Japón. Murió de un fallo cardíaco a su vuelta a Nueva York – tenía solo 38 años. En 2003, se publicó el documental Maestro para rendir tributo a Levan y su legado.
DISCOS CLÁSICOS: ‘DISCO INFERNO’ DE THE TRAMMPS
Durante la mitad de los 70, a medida que el disco empezaba a dejar verdadera huella en el entorno mainstream, The Trammps fueron el máximo exponente de la música de baile, habiéndose marcado una serie de hits, incluyendo ‘Zing Went The Strings Of My Heart’, ‘Hold Back The Night’ y ‘That’s Where The Happy People Go’. Sin embargo, su publicación más conocida es ‘Disco Inferno’ de 1977 en Atlantic Records, uno de los singles más definitorios de toda la época. Con el sonido del timbal, uno sabía que Earl Young había llegado, para embarcarnos en un viaje que tomaba la pista de baile con un groove implacable – siendo el épico mix de Tom Moulton, de 10 minutos y 54 segundos, toda una obra maestra.
Junto al bajista Ronnie Baker y el guitarrista Norman Harris (que también eran miembros de MFSB), Young arregló la sección del ritmo de apertura que creó el equipo de producción detrás de The Trammps (Harris-Baker-Young). Todo ensanchado por los impresionantes vocales del cantante de influencias góspel Jimmy Ellis.
Young no era solo un batería, sino un reconocido creador de ritmos, considerado el innovador del estilo disco de la percusión rock. Además de su papel en The Trammps, también era el creador de ritmos de MFSB (Mother Father Sister Brother), la orquesta de músicos reunida a partir del estudio Sigma Sound de Filadelfia, famosa por sus grabaciones para el sello Philadelphia International, hogar del ‘Philly Sound’. Con una gran gama de creadores de éxitos, incluyendo The O’Jays, Harold Melvin & The Bluenotes y The Three Degrees (así como los propios MFSB), se trató de un punto de referencia del periodo del primer disco de los 70.
Más tarde esa década, Young y otros preminentes miembros de MFSB desertaron, firmando por el influyente sello neoyorquino Salsoul Records, coproduciendo y tocando en otra serie de clásicos del disco, incluyendo el primer 12’’ oficialmente lanzado, ‘Ten Percent’ de Double Exposure, publicado en el sello en 1976.
Compuesto por Leroy Green y el tecladista de The Trammps, Ron ‘Have Mercy’ Kersey e inspirado por una escena de la película de 1974 The Towering Inferno (El Coloso en Llamas en España, Infierno en la Torre en Latinoamérica), donde una discoteca sale ardiendo, ‘Disco Inferno’ llegaría – en el momento de su lanzamiento – a alcanzar el top 20 del chart Británico, pero para mucha gente estará asociada para siempre con el fenomenal éxito de taquilla, la película disco Saturday Night Fever (Fiebre del Sábado Noche en España, Fiebre del Sábado por la Noche en Latinoamérica), que llegó a los cines a finales del 77. El LP de la banda sonora, en la que salía, consiguió convertirse en ese momento en el álbum más vendido de todos los tiempos, llevando el género disco a la atención de una mayor audiencia en el proceso. Sin embargo, aparte de ‘Disco Inferno’, que acabó en su reentrada en los charts, The Trammps no conseguirían aprovechar el nuevo tirón del género, ya que ninguna de sus siguientes publicaciones llegó a encandilar al público.
* Extraido de Dj Mag Es 068