Tisno – Croacia.
Texto: Gerardo Cartón
Parece mentira que a estas alturas de mi aventura festivalera, y después de llevar una quincena a mis espaldas, todavía pueda haber encontrado una joya oculta de la talla del Electric Elephant (ww.electricelephant.co.uk), celebrado el pasado fin de semana en Croacia (9-13 de Julio).
Este resort de vacaciones, situado en la localidad de Tisno, y con capacidad para apenas mil ochocientas personas, se presenta como una delicatessen para gourmets de la mejor música de baile a cargo de los Dj´s estrella del Reino Unido.
De Jueves a Lunes, ambos días incluidos, he visto desfilar delante de mis narices a Erol Alkan, Andrew Weatherall, 2 Bears, A Guy Called Gerald, Horse Meat Disco, Matt Walsh…Pero no quiero hacer una crónica al uso sesión por sesión, sino que os voy a hablar de todo aquello que pasa en un festival y que no es música.
Pasen y vean.
JUEVES, DIA 9:
Después de haber salido de Madrid a las 07.00 hrs de la mañana, haber cogido el metro hasta el aeropuerto Adolfo Suarez, dos aviones ( Madrid-Lisboa y Lisboa-Zagreb ), un taxi y un autobús Zagreb-Tisno, llego por la noche al festival a eso de las 22.00 hrs. “Diecisiete horas en el motor de un autobús” –¡chúpate esa, Jota! –
Absolutamente derrengado y sin apenas visibilidad, monto mi tienda de campaña a la intemperie mientras oigo el boom boom del Beach Stage a apenas quinientos metros del camping del recinto. Tardo casi dos horas porque no veo ni torta, pero después de haber plantado “mi casa en el campo”, que diría Damon Albarn, me acerco a escuchar los últimos temas de la estupenda sesión de mi tocayo, A Guy Called Gerald, que me da la bienvenida de modo amable y cautivador.
Son las 01.30 hrs de la mañana del Viernes y caigo en el saco como un “ídem” de patatas.
Sweet DREAMS are made of THIS.
VIERNES, DIA 10:
Son las 07.00 hrs de la mañana y me despierto “ardiendo”. 40 grados a la sombra me esperan fuera y salgo corriendo hacia las duchas para refrescarme y despejarme. No se ni dónde estoy…¿Sónar, Glastonbury, Vida? Los festivales me confunden.
Después de un opíparo desayuno inglés en el restaurante del festival, me dirijo al Beach Bar, esta vez de día, y veo que está situado en frente de una de las calas más bonitas que tiene esta zona del Adriático. Tumbado en una hamaca y en duermevela escucho las sesiones chill-house de Kelvin Andrews, Dicky Trisco y Jim Stanton.
Esto no empieza nada mal.
Después de apretarme un risoto de gambas con trufa, me dispongo a embarcar en la primera Boat Party de las tres que me esperan este fin de semana. En esta pinchan unos tales “The Idiots Are Winning”, el mejor Space-Disco del planeta y un Electro-Funk casi “ácido” que no logra parar este barco. Cuatro horas de suave crucero en el que hago más amigos que en la cola del paro. Gran Bretaña me acepta como hijo adoptivo y me da su bendición.
Pero esto no se ha acabado aún. Por la noche hay que desplazarse a una discoteca sita a 15 kms del recinto de nombre Barbarella que parece sacada de una fiesta de despedida de soltero en la Marbella de los 70. Un bus escolar nos lleva a unos cincuenta festivaleros campo a través y, en medio de un ambiente Costa Fleming total, sesionaka de Auntie Flo y Horse Meat Disco, que esta vez cambian el disco por el minimal más oscuro, grave y sucio del Mediterráneo Oriental.
Y tras el viaje en montaña rusa a través de la mejor música de baile del orbe, ahora sí, me voy a la cama a deconstruirme encima del saco de dormir, como un Transformer del boogie.
SÁBADO, DIA 11 :
Esta vez el sol me echa de la tienda a las 08.00 hrs, no se si porque yo estoy más cansado que la noche anterior y ya ni siento ni padezco o si es que realmente el astro rey no quema tanto como ayer.
Desayuno un bol de fruta con cereales a las 10.00 hrs, me hago una hora de natación en la pequeña bahía que nos acoge, y a las 13.00 hrs, de nuevo, “Vacaciones en el mar”. Esta vez con los promotores de Low Life capitaneando el barco de colegas.
Los dos pinchas estrellas son Jake Manders y Chris Duckenfield, autores del libro “Last nite a Dj saved my life”, y una de mis mayores fuentes de inspiración a la hora de escribir el libro “Manual del perfecto festivalero”.
No me lo puedo creer…¡ Voy a conocerles ! Estoy más nervioso que cuando le estreché la mano a Tom Waits en Amsterdam. La sesión es LA MEJOR de las acontecidas hasta ese momento, (y hablo de unas doce), y el tercer Dj en liza, Luois Finch, hace que la variedad estilística entre “El Trío Los Panchos” sea tan disparatada como certera.
Jake y Chris son puro disco moroderiano y funk gamberro a la Groove Armada, pero el electro-funk frío y sintético de Luois, hace que todos tengan que encontrar un lugar común.
¿ Y cuál es este ? Pues como siempre, Detroit, MOTHERFUCKERS.
A las 18.00 hrs, volvemos a tierra, y tras una cena de campeonato consistente en unos spaghetti nero con jamón y trufas, me ducho y me pongo mis mejores galas de Toni Manero para disfrutar en solitario del principio de la excelente sesión a medio tiempo de Matt Wash, la ghymkana a través de los mejores clásicos del disco a cargo de Late Nite Tuff Guy, y el remate final de los 2Bears, comandando una nave intergaláctica a través de todos los géneros habidos y por haber de la electrónica de los últimos veinte años.
Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 08.00 hrs.
DOMINGO,DÍA 12 :
Bizcocho no, pero un bol de fruta como una piscina olímpica con muesli y cereales es el mejor tentempié que se puede meter entre pecho y espalda el #perfectofetivalero, y, de ese modo, repuesto de sueño y alimento, estreno el Beach Bar para abrir boca con Cadillac Sound System. Apenas hay público, porque la gente está bastante hecha polvo después de tres días de party non-stop y porque se están reservando para la que va a ser la mejor fiesta de las tres Boat-Parties de dichas jornadas.
Andrew Weatherall y Sean Johnston fueron los encargados de desatar la tormenta eléctrica más oscura y pantanosa del festival, pero no por ello menos “luminosa”. Como dirían los Buzzcoks, eso fue another kind of tension, y el electro y la dark-wave se dieron la mano en un crucero en el que la gente no pudo despegarse de la cabina en ningún momento y que nos llevó en una especie de trance-hipnótico a Detroit, a Sheffield y a Berlín a través de un mar de torres eléctricas más allá del océano del ruido. Ovación de casi cinco minutos para la pareja estrella del atardecer, y de vuelta a Tisno en un estado casi alucinado a tope y sin drogas.
Para acabar, la última noche y el baile final. El trío que se iba a encargar de la clausura estaba formado por Erol Alkan, Ivan Smagghe y, de nuevo, El Señor de las Sombras, Andrew Weatherall.
El primero, asombró a propios y extraños con una sesión de jazz, psicodelia y música africana que puso tensos a varios jóvenes británicos que no entendían nada de nada recriminándoselo en cabina y, una vez más, volvió a demostrar que es el Dj más inteligente y rupturista del Planeta Tierra. Gracias Erol Alkan por seguir haciendo que la gente EVOLUCIONE a través de la música y no de los “bombos fáciles”.
El segundo, Ivan Smagghe, es el tío que mejor controla los sonidos industriales y el dark-techno de nuevo cuño a la Factory Floor. Pero lo mejor de todo es que encima tiene sentido del humor y de vez en cuando se desmarca con una boutade como la versión electro-choni de “Light My Fire” de los Doors con la que hasta el Maestro Weatherall se partía de risa mientras miraba a su alumno con una mezcla de simpatía y admiración.
El final, tal y como su propio nombre indica, fue el APOCALIPSIS de Andrew Weatherall en la Tierra. Loops infinitos y secuencias ácidas en forma de torbellino sonoro sin fin que nos hicieron a todos aguantar hasta las 07.00 hrs en pie e irnos a la cama…
ALWAYS TOGETHER IN ELECTRIC DREAMS.