Siempre a tiempo
Autor: Ángel Manrique
El danés es una de las figuras más destacadas de la escena nórdica que no se cansa de explorar sonidos electrónicos encaminados al baile. A su vez, no le hace ascos a otros mundos paralelos igual de válidos. Aunque como leeréis a continuación inició su andadura a finales del siglo pasado, ha sido en éste cuando más ha crecido.
Más de una docena de largos lo avalan. El último, titulado “Nothing Gold Can Stay” (hfn music, 2019) supuso el relevo de uno de sus LPs más personales y sentidos de su carrera “The Fifty Eleven Project” (Kompakt, 2018).
Además de ser un gran músico y apasionado de los sonidos electrónicos, es una persona que siempre va de frente. Es por eso que no se le empañan las gafas a la hora de contarnos cómo afronta todo esto del cambio climático e incluso como la música le ayudó a enfrentarse (no hace mucho tiempo) a un verdadero monstruo de nuestra era como es un tumor cancerígeno. Hecho que descubrió de chiripa en un chequeo médico rutinario antes de hacer su primera actuación en la londinense Fabric. Bien que estaba en su etapa inicial, y ahora le tenemos ‘limpio’.
Hola Kasper. Siempre que se ha tratado de identificar tu sonido, se le han atribuido géneros como cosmic disco, kraut, synthpop o new wave ¿Nos arrojas un poco de luz aquí? Porque yo denoto mucho más fondo en tus intereses personales a la hora de facturar música…
Yo comencé a pinchar y a producir música allá por el 1998. Una de mis máximas inspiraciones de siempre fue el sonido disco de Nueva York, así como la escena soulful house. Que también toda aquella fabulosa andanada de música electrónica y house creada en Francia.
Me vienen a la cabeza artistas como Daft Punk, Cassius, etc. Luego, esto bien pronto y como ya apuntabas, se me comenzó a activar el interés por la música disco original de la década de los 70, y a partir de ahí fui tirando de más hilos hasta indagar muchísimo sobre Post Disco, Post-Punk, Kraut o Cold Wave. Creo que una gran revelación para mí fue el recopilatorio DJ Kicks realizado por Trevor Jackson (Playgroup).
Una pasada la colección de canciones y artistas contenidos en él. Menuda inspiración ochentera aterrizó en mis oídos gracias a aquello. Esto fue clave, pues musicalmente es una era que aún sigue muy presente en mi sonido.
Muchas cosas han pasado en, digamos, tu etapa de aprendizaje. Y esto queda patente en tu particular sonido, a tope de guiños a una década como fue los 90 ¿nos alargas un poco más el chicle de esto que nos comentabas ahora?
Otra cosa que debo confesar es que fui un gran fan del Hip Hop. Esto, cuando yo era un chiquillo. Comencé a amontonar una colección de vinilos de este estilo cuando tendría unos 13 años… Entre el 1988 y el 1992, eso era lo que escuchaba únicamente.
Pasada aquella fiebre me interesé por el indie, luego por el Brit Pop. Todo esto antes de volverme loco con el Drum’n’Bass y finalmente por el deep house. Otro hecho importante para mí fue el salir a fiestas rave en Copenhague. Aquello podría ser entre los años 1995-1996. Si escuchas bien mi obra, cobrará más sentido aún si tienes presente como me pudo inspirar todo aquel período. Porque de algún modo lo hizo.
Fue un buen puñado de años después –aún con el año 1998 en la cabeza- cuando empezaste a publicar discos en solitario. En 2005. A nivel producción, ¿cómo fue tu vida como productor antes de ese punto de inflexión que te acabo de indicar? Sé que antes de caminar solo ya hacías cosas ¿qué te empujó a dar este paso tan definitivo en tu carrera como artista?
Yo tuve un proyecto en formato dúo que estuvo en activo hasta el 2005, 2006 no lo recuerdo del todo bien. En un momento dado ambos nos dimos cuenta que era el momento de abrir nuestras miras y emprender caminos diferentes, siempre por separado. Queríamos componer otro tipo de material. Casualmente aquel compañero que tuve luego se convirtió en batería de WhoMadeWho.
Y si, podría decirte que por aquel entonces yo empecé a publicar mis primeros discos en solitario. Que también a andar de gira por el mundo como DJ. No fue ningún hecho dramático, más bien algo natural y necesario tras pasar 5-6 años todo el rato juntos. Un reto muy trascendente también fue el de aprender a trabajar a solas. La evolución como artista se volvió mucho más intensa, sobre todo a nivel de producción, es siempre más difícil cuando dos personas comparten cada decisión dentro del estudio.
Y pasaron los años como un tiro y la música de Kasper Bjørke se convirtió en la favorita de muchísima gente. Como no podría ser de otro modo, muy variopinta además, desde la que ama el pop electrónico de tintes modernos pero que sin embargo siguen mirando atrás, hasta fanáticos del baile y como no, del BPM que encara la pista de baile. Teniendo esto presente ¿cómo de complicado te resulta decidir por dónde tirarás a la hora de iniciar un nuevo track, disco, etc?
(Risas) Si te soy sincero, no soy de pensar mucho sobre todo eso. Lo que siempre procuro es hacer aquello que me apetece. Cualquier cosa que me inspire abiertamente es bienvenida. Me dejo llevar a nivel creativo por el instante que esté pasando en el mismo momento que me pongo las pilas y decido comenzar a trabajar en un nuevo álbum, EP, o single.
Comentaba no hace mucho con un DJ amigo mío que algunos de tus temas nuevos como “Venetian Blinds” o “Oceans of Time” contienen sensaciones en este caso muy setenteras gracias a ese trato de las melodías. Tienen su punto psicodélico aunque suenan totalmente actuales ¿Qué nos dirías a esto si estuviésemos ahora mismo los tres en un corrillo tranquilamente con un té calentito por delante?
Supongo que esos temas son un intento bastante personal de crear música de club inspirada en el sonido que a mí mismo me gusta pinchar cuando estoy mezclando en cabina… Pistas melancólicas pero no demasiado oscuras. Normalmente cálidas y no exentas de groove.
Soy un fanático de los sintetizadores y las líneas de bajo tocadas a tiempo real. No me gusta para nada cuando la música se torna demasiado fría o tenebrosa. Algo que me entusiasma una barbaridad es ver a la gente feliz en la pista mientras baila mis discos.
Hace apenas un año publicaste “The Fifty Eleven Project”; sin embargo, tu álbum de estudio más reciente (o mejor digamos doble EP) se titula “Nothing Gold Can Stay”. Publicado justo en la recta final del año pasado. ¿Qué tan diferentes son ambos proyectos?
¡Son proyectos, son polos totalmente opuestos! “The Fifty Eleven Project” fue un recurso muy personal basado exclusivamente en mi vivencia tratando con la ansiedad provocada por el diagnóstico de cáncer que me dieron. Ha sido sin duda alguna el lanzamiento más importante de toda mi carrera. No hablo ya de lo meramente musical, sino por la honestidad volcada sobre él.
A nivel personal me desnudé como nunca. Decidí contar mi historia, mi verdad, a través de la música, también entrevistas como esta. Fue especial también en el sentido que todo es instrumental y sin bases rítmicas. Solo colmado por ambientes paisajísticos. “Nothing Gold Can Stay” ha sido de algún modo regresar a mis orígenes, a la música que siempre he solido hacer combinando distintos humores de beats, componiendo cada corte como una canción más al uso, etc.
Y es que la vida está llena de momentos, y éstos no siempre son positivos. La salud, por ejemplo, te jugo esa una muy mala pasada. Ahora nos alegra mucho comprobar que pasó todo lo peor y finalmente te encuentres ‘limpio’ ¿Hasta qué punto la música puede ser terapéutica para este tipo de palos?
Gracias. Sí, estoy bien ahora. El año pasado escribí un ensayo sobre el tema de la música como herramienta de curación en XLR8R y descubrí que se han realizado muchos estudios en los hospitales que demuestran que la música puede ser muy relajante. También ayuda a reducir la ansiedad y el estrés cuando se enfrentan a problemas de salud graves. Yo personalmente uso la música como forma de meditación y aquí los sonidos ambient pueden encajar de una forma asombrosa y ofrecer un espectro muy relajante.
Regresando a tu reciente “Nothing Gold Can Stay”. Este disco fue también tu regreso a hfn music donde, en mi opinión, has estado ofreciendo lo mejor de tu carrera con álbumes fantásticos como “Fool”, “Standing of Top of Utopia”, etc. ¿Cómo sueles trabajar con ellos? ¿Cómo les conociste? Imagino que de alguna manera deben ser ya como miembros de tu familia…
Colaborar y trabajar codo con codo con hfn music ha resultado ser siempre una faena de lo más espontánea. No hay nada más natural que yo por mi parte dedicar el tiempo a generar la música que me apetece hacer, y ellos lanzarla luego a los cuatro vientos. Algo tan sencillo como eso, de verdad. Ellos están en Alemania, y yo en Dinamarca, por lo que no solemos vernos muy a menudo. Aún dicho esto, si, te doy la razón y los puedo considerar como familia.
De hecho ahora que lo pienso, con algunos del equipo de hfn music he hablado más veces que con muchos miembros de mi familia (risas). Llegué hasta ellos gracias a Anders Trentemøller, a quien solía hacer su management. Fue entonces cuando mi relación con el sello comenzó.
Familia deben ser también todos esos amigos que desde Los Ángeles, Nueva York y la misma Copenhague han colaborado en el último trabajo discográfico. Estos son Tomas Høffding de WhoMadeWho / Bon Homme, Toby Ernest, Christian d’Or y Justin Strauss. ¿Qué nos puedes contar sobre la amistad y trabajo con ellos?
Por supuesto que sí. Todos ellos son muy buenos amigos, todos compartimos similares inquietudes y un mismo espíritu, gustos en cuanto a música… Son personas además con las que se puede trabajar siempre de una forma muy liviana. Tienen los pies en la tierra, están cargados de talento y jamás originan dramas. Sí que experimenté todo lo contrario, este tipo de movidas al comienzo de mi carrera artística y es algo que no me apetece para nada repetir.
En cuanto a imagen, me gustó bastante el concepto de este nuevo mini-álbum. Es todo un lujo esta edición limitada con vinilo naranja. No sé si me entenderás, pero cuando saco el vinilo del cartón para mí es como ir a Valencia, aquí en España, acercarme a un naranjo, coger un par de piezas y probar un delicioso jugo. ¿Cómo se cocinó esta idea? ¿Quién es el artista detrás de esta idea?
Yo mismo trabajé el concepto alrededor del diseño del disco. Incluso me atreví con el diseño gráfico. Mi intención en todo momento fue la de tener algunas imágenes relacionadas con el título que ya tenía en mente: “Nothing Gold Can Stay”. Estas debían ser de naturaleza, y muy distintas entre sí. Que reflejasen cambios como se cuenta en el poema donde se inspira todo el disco.
No soy un fotógrafo ni nada por el estilo, así que honestamente diré que las encontré en una web gratuita y de libre uso. Me satisficieron desde el primer momento. Así que, ni yo mismo las hice, tampoco tuve que pedirle a un fotógrafo que viajara a lugares exóticos y de esa manera aumentar la huella de carbono.
A eso mismo iba ahora. Eres sin duda alguna una persona muy comprometida y preocupada por el medio ambiente (recursos del planeta, cambio climático…) ¿Crees que todavía muchas personas carecen de conciencia sobre prácticas ambientales sanas? ¿Cómo afrontas habitualmente esta situación? ¿Algún consejo?
Creo que se trata de la mayor crisis a nivel mundial que existe en este momento. Pienso que prácticamente todos son conscientes de lo que hay que hacer para salvar nuestro planeta, pero no tantas las personas capaces de llevar a cabo los cambios verdaderamente necesarios.
Esto por diversas razones siempre. Bien por la sociedad en la que han crecido, su geografía, su economía… pero los hay también que por su falta de hábitos y carencia en concienciación. Estoy extremadamente preocupado por el futuro e intento mantenerme lo más informado posible sobre las noticias que se van sucediendo. También trato de educar a mi hijo de cinco años de una manera en la cual sepa que tenemos que cuidar nuestro planeta y nuestros recursos. Mi mejor consejo sería siempre leer sobre todo lo que se puede hacer para reducir la huella de carbono personal y del entorno familiar.
Es un indicador ambiental que no nos miente. A ti, y a todos los que me estén leyendo ahora mismo os diría “fíjaos metas realistas y cumplidlas”. Por ejemplo, no comas carne roja, procura ser vegetariano o pescetariano; no intentes estar siempre pendiente de comprar ropa nueva, prueba con prendas retro; no utilices plásticos de un solo uso, recicla todo lo que te sea posible… incluso que, si tienes vacaciones, que estas sean mejor en una región local. No pilles vuelos solo porque tienes que ir de vacaciones.
¿Qué cosas se prevén en el horizonte 2020 de Kasper Bjørke?
Ya confirmado te podría adelantar que habrá un EP de remezclas allá por e marzo con muchas versiones increíbles de las canciones originales que componen “Nothing Gold Can Stay” (Part A + B). Y luego volveré a encerrarme a componer en el estudio para trabajar en un nuevo proyecto de álbum, volveré precisamente a desarrollar música ambient. Eso, en este mismo mes de enero. Creo que también podré ser finalmente capaz de mostrarle al mundo las 11 películas individuales que se hicieron para “The Fifty Eleven Project”. El plan es tenerlas todas ubicadas en un sitio web como si de una exposición digital se tratase.
¿Te consideras a ti mismo como un productor prolífico? ¿Y erudito en algo?
Ahora ya no produzco tanta música nueva mientras estoy encerrado en el estudio. Soy más de pasar mucho tiempo concentrado y dándole vueltas a lo que me decido poner a hacer. Soy de los que pasan días, incluso semanas ahí metido en la cueva sin salir para nada. Siempre he trabajado de este modo. Erudito, me temo que no.
¿Alguna cosa más que nos quieras añadir?
Os quiero dar las gracias por esta entrevista tan fantástica ¡mis mejores deseos para todos desde la fría Copenhague!
* Extraído de DJ Mag ES 108