“A veces, para los políticos, todo lo que hacemos queda más cerca de la hostelería que de la cultura”
Autor: Borja Comino
Representando Barcelona ajeno a cualquier frontera desde hace más de una década, el éxito de John Talabot conforma uno de los mayores ratios de éxito que se ha visto desde nuestra city a cualquier otra city. Talabot ha demostrado que no hace falta ser el más efusivo para codearse con lo mejorcito de la industria, marcar sellos en las cabinas de cientos de clubs y cerrar fechas con los festivales más tochos. ¿Y lo contento que estará de haberse librado de tener que pasar por el aro de TikTok…?
Ya conocemos bastante bien la historia. Entre abril y junio de 2009, John Talabot publicó varios temas, entre los que estaba ‘Korlee’ –bomba– y ‘Sunshine’ –todavía más bomba. Tras un par de sencillos y un EP, llegó lo gordo: ‘ƒIN’. Un destello sonoro que ha unido en hermandad a quienquiera que lo haya escuchado porque la conclusión es siempre la misma. “¡Dios!/Déu meu!/OMG!/Боже мой!/Oh mon Dieu!/O mijn God!/Å, herregud!/Ach du lieber Gott!/Dio mio!/Oh meu Deus!”. Y muchas más variaciones morfosintácticas. Salvando las distancias, la movida fue un poco Rosalía en el mundillo de la electrónica.
Tras la avalancha de elogios y miradas acuosas, el proyecto vital de Oriol Riverola (su nombre real) ha ido ligado férreamente al alias que le presenta al mundo. Aun así, otros proyectos tangenciales han ido tomando el tiempo y la atención de John Talabot durante estos últimos años. La colaboración artística motivó la creación de Talaboman, que son Talabot y el productor sueco Axel Boman, que debutó con ‘The Night Land’ en 2017 a través de R&S. Como los hitos que ha conseguido Riverola no son pocos, vamos a hacer como que publicar con R&S no es una ida de olla. Él es el creador de Hivern Discs hace más de 17 añazos, que ha ido reuniendo un catálogo muy variado al mismo tiempo que insólitamente reconocible. También creó Lost Scripts junto a Pional, Mioclono con Arnau Obiols, drames rurals con Juns, oma totem y Meritxell Bonastre, un álbum junto a Maria Arnal y varios alias unipersonales como DJ Bonclient o Koraal.
Como uno se puede imaginar, este verano ha estado actuando en un montón de sitios. Es muy probable que su actuación en el escenario Basoa del Bilbao BBK Live 2025, que se celebró el 10, 11 y 12 de julio haya sido uno de los momentos más memorables del año. Esta supone la última de las cinco ediciones consecutivas que ha estado cerrando uno de los escenarios más mágicos del festival.
Todas estas referencias, los innumerables sets, remixes, viajes y movidas en general epitoman el sueño de cualquier músico contemporáneo y John Talabot se lo ha ganado.
¿Cuántas sesiones crees que habrás hecho en tu vida?
Imposible saberlo, pero si contamos todas las que hice en The Loft y Lolita desde 2002 al 2014 aproximadamente… Muchas. Recuerdo que una vez no hace tanto me salían como 2700 sets, que aplicado en horas a una media de 2,5h-3h daba como si hubiera pinchado un año entero de mi vida sin parar.
¿Aún te agobias un poco con la presión de querer hacerlo lo mejor posible? Eliges el set más o menos sobre la marcha, entiendo…
Sí que me agobio. Y casi que lo prefiero, porque es lo que me hace saber que todavía no está todo bajo control. La improvisación de poner música es lo que lo hace realmente tan fascinante. Estás tomando decisiones cada 10 segundos y siempre en base a una serie de factores efímeros. La sala, el sonido, un tema que en una sala es un momento increíble y en otra no. El público, el trato de las personas en la sala, la hora, el calor, la duda, el cansancio, tu mood. O, por ejemplo, una camiseta con la palabra “azure” que te recuerda a un tema que tiene ese nombre en la portada y que hace mil que no pones, y decidir ponerlo. Creo que esa es la auténtica magia de poner música. Que es algo mutante y fluctuante en un espacio de tiempo que tienes y que no sabes qué va a pasar. Si eres un DJ que sabes exactamente lo que vas a hacer en todo momento de la noche desde hace dos semanas quizás tu sesión es más parecida a un Live que a un DJ Set.
Para que esto no me pase sigo bastante una serie de cosas que me hacen la vida un poco más divertida. La primera es que acostumbro a seguir la senda de la persona que ha estado pinchando antes que yo. Si está poniendo un género, sigo un rato con ello o intentando seguir algo por el sonido, para no ser brusco e intento no parar la música. La segunda es que nunca preparo los sets. Quizás cuando hay poco tiempo para estar en la cabina antes, preparo el primer tema, pero rara vez decido la última canción de antemano o el cierre, o lo que sea. La tercera es que me flipa la variedad y el eclecticismo, pero no tanto la incoherencia. Me gusta que un DJ sea capaz de poner de todo, pero que el público pueda seguir el trazo de la historia que cuenta.
Para mí, el storytelling es importante. Me licencié en la especialidad de guión e intenté trabajar de ello (no me acabó de motivar tanto como me esperaba) y es algo que siempre me interesa.
¿En qué momentos escuchas toda la musica que pinchas? ¿Cómo haces para recordar y hacer la relación del título y recordar cómo suena cada tema?
La mayoría de veces no recuerdo todos los temas, tiendo a ripear siempre los jueves con cosas que voy dejando al lado de los platos para cuando me ponga a grabar. Rara vez me da tiempo a ripear todo lo que quiero. De toda la música que ripeo en los primeros 3-4 meses, probablemente pondré solo la mitad o menos, dependiendo del tipo de set que tenga esos meses, pero iré introduciendo algunos rips nuevos en cada sesión y probando algunos que quizás se vuelven mas estables o quizás borro. Todavía a día de hoy me equivoco comprando música. De hecho, necesito equivocarme para encontrar aquello que me flipa. Es como un proceso de ensayo y error que me gusta hacer. Una especie de filtro que se va afinando. Pero también te puedo decir que a día de hoy todavía me cuesta averiguar qué pasará en la pista con algunas de las cosas que pongo y me fascina bastante esta sensación de no saber.
¿Por qué has decidido que este sea tu ultimo año cerrando en Basoa? Porque podrías haberte agarrado a ese planazo hasta el fin de los tiempos.
En realidad lo decidí el año pasado pero acordé con el booker que haría uno más y acabábamos en 5. Y la respuesta es porque creo que no puedo aportar nada más al cierre de ese escenario que no haya hecho en 5 años. Creo que ese slot tienen que disfrutarlo otras artistas y aportar nuevas visiones, estilos y sonidos. Por otro lado, no me gustan las cosas cíclicas. La liga, el tour, las fiestas anuales… Todo eso que te recuerda a un anuncio de cerveza. Cada vez me molesta más y no me gusta ese sentimiento de repetir una cosa una y otra vez y que compitan entre ellas. Le tenía demasiada confianza al público y al entorno, pero también sentía un poco de responsabilidad. Tampoco soy muy amigo de las expectativas porque dejan poco margen para las sorpresas. Le agradezco a Bilbao BBK Live su apuesta por el Basoa y por confiar en mí. Ha sido brutal ver cómo de la idea de ese escenario se creaba algo bonito electrónico, y también algo guay que creí que varias generaciones de gente que le gusta la electrónica podrían convivir tranquilamente en la misma sesión.
BBK se ha esforzado en darle personalidad al cierre de un festi con una producción y sonido muy cuidado. Y, honestamente, estoy convencido de que el año que viene nadie me echará de menos a las 7 de la mañana y es como debe ser.
¿Hay algo que puedas comparar más o menos a lo que se vive en el BBK y, en especial, en ese escenario en el bosque?
Seguro que sí, pero ahora mismo no me acuerdo de ninguno.
El circuito de clubs cada vez flojea más, por lo menos en Barcelona, en comparación con los festivales. ¿Crees que esta dinámica va a seguir intensificándose más y más?
Ni idea, no pienso mucho en esto. Clubs, festivales, salas, almacenes, garajes o sótanos. No me importa tanto el “circuito” porque básicamente es un circuito más empresarial. Lo que creo que faltan, y sí me importa más, son espacios donde la gente pueda llevar a cabo programación, ciclos, performances, sesiones, workshops e iniciarse en el mundo de montar sus cosas. Porque montar cosas conlleva movilizar primero a unos amigos y luego otros, a aumentar el público, el interés, la creación. Y eso genera interacciones culturales que pueden desencadenar a grandes movimientos, discos, grabaciones, colectivos, etc. Hay que tener claro que los espacios son necesarios para la creación, pero también para que los movimientos musicales de los jóvenes no queden frustrados por la falta de tener su sitio. Entiendo que, a veces, para los políticos todo lo que hacemos queda más cerca de la hostelería que de la cultura, pero, sinceramente, ¿cómo creen que aprendieron a montar festivales la gente del Primavera? Todo partió de un club de baile que empezaron, sin tener ni idea de lo que estaban empezando. Hay que promover que la gente pueda hacer sus cosas porque a la larga genera sinergias claves para el desarrollo cultural de una ciudad, y creo que ahora es bastante complicado hacer algo entre denuncias, permisos, licencias, quejas por ruido, etc. No todo el mundo tiene un millón de euros para pagar el traspaso de una licencia de club en Barcelona. Y Barcelona ha puesto normas pensadas para que nadie pueda abrir un club para evitarse problemas porque ven toda la acción nocturna desde la misma perspectiva, dejando siempre de lado el ámbito cultural y social.
Entiendo que un Live Set implica mil problemas y complicaciones que un DJ Set no tiene. Pero, últimamente echo mucho en falta más Live Sets en el circuito de productores que también son DJs. ¿A ti también te pasa?
Esta pregunta no me interesa mucho, así que la dejaré un poco al aire. Ni me gustan tanto los Lives en un club (porque a veces me rompen el flow) ni considero que un Live a las tres de la mañana sea tan interesante como en otro entornos donde quizás sean más apreciados.
¿Cómo juegas con el balance de la integridad artística con la demanda externa? Tanto en un DJ set como en la planificación de tu carrera en general.
Ni idea. Siempre he hecho bastante lo que me ha parecido más razonable y he tenido suficiente con lo que me pagaban en escenas, festis, y clubs en los que me sentía inspirado a tocar, para no tener que hacer muchísimas concesiones.
También me equivoqué en algunas cosas, pero en otras me siento muy sincero y agradecido de haber hecho lo que me dictaba mi intuición y que el público pueda apreciarlo. ¿Que podría tocar en escenarios más grandes? Sí. ¿Pero lo quería? Pues no mucho, la verdad, si conllevaba que tuviera que sentirme fuera de lugar. Hay una tendencia siempre “al más”, pero “el más” también se puede convertir en tu peor enemigo y en una trampa. Hay escenarios grandes que he disfrutado mucho también. Pero tenía bastante claro que, si me lanzaba y me dedicaba a esto, quería tener una carrera larga con muchas vertientes, aristas y proyectos que me hicieran creativamente feliz en cada momento que necesitara serlo.
¿Qué disfrutas más: un b2b con alguien con el que te entiendes perfect, o un All Night Long como los de Apolo?
Ahora mismo los b2b, si son como los últimos los b2b, me siguen pareciendo una locura perfecta. Si los dos suman para hacer algo un poco fuera de lo común y especial. No me gustan los b2b donde uno compite con el otro. Me ha pasado pocas veces, pero en los b2b hay que ser generoso y saber que no es una competición de hits. Es como construirte una nueva personalidad múltiple con alguien y construir algo que se halle fuera de la zona de comfort. La verdad es que en ellos me libero bastante y pongo mucha música que no pongo a menudo y que guardo para esos b2b. Es como un buen terreno para experimentar también. Tanto con JASSS como con DJ Dustin, como con Nicolas Lutz o con Axel Boman, son cuatro b2b bien diferentes. Pero todos me aportan muchísimo y también me aportan ideas para las sesiones de John Talabot solo.
¿Qué te hace decantarte por pinchar con tu Rane rotativo?
Ya no la uso. Están todas que fallan mil y ya era demasiado arriesgado jugármela y que la mesa de repente se quedara colgada, ya que es digital. Y ya paso.
Aparte de tu álbum con Maria Arnal y los últimos lanzamientos de Talaboman o Koraal, drames rurals, tu proyecto con Arnau… ¿Sigues produciendo cosas para lanzar bajo tu alias John Talabot?
Sí. Ahora mismo John Talabot es como la cabeza pensante de todos los otros AKAs que tengo, pero todos esos proyectos a su vez forman parte de mi personalidad como John Talabot. Por lo que, para mí, John Talabot ahora se ha convertido en ese nombre que me permite hacer todo lo que me apetece con un poco de dirección y criterio. Como una especie de director artístico. Lo que pasa es que soy muy anárquico haciendo música, y no tengo mucho control de lo que quiero hacer 🙂 Así que van apareciendo alias, proyectos y colaboraciones, un poco sin sentido ni dirección aparente que debo ir colocando y ordenando.
A veces hay artistas que los escuchas y dices: bua, qué inspirador, me voy directo al estudio…Y no es porque quieras hacer algo parecido, sino que hay algo que te enciende la chispa de la creación. ¿Podrías nombrar a alguien con el que te haya pasado eso?
Pues la verdad, antes me pasaba más. Ahora me obsesiono tanto con mis proyectos que me queda poco tiempo para disfrutar de otras cosas. Y también para evitar que se me filtren nuevas ideas en proyectos. Entre disfrutar de la cultura y de las creaciones de otros o crear cosas, me he tenido que decantar más por la segunda porque no dispongo de tanto tiempo ni energía. Ahora mismo intento que toda la música que edito quede recogida en álbumes, para poder desarrollar al máximo la personalidad de cada proyecto y eso me drena bastante de energía y el proceso me da mucha ansiedad y tiene a veces unos costes personales que muchas veces son demasiado altos y sufro el proceso demasiado desde lo mental y lo físico.
¿Alguna pieza de tu estudio que te esté gustando mucho últimamente?
Me estoy reencontrando mucho con el laptop y los plugins que hace la gente con Max [for Live de Ableton] o empresas pequeñas que hacen ideas bastante avanzadas y loquis de creación y manipulación de audio y Midi. Y eso me parece bastante divertido en este momento.