El club de Santiago de Chile resiste a todas las adversidades y se reinventa para ayudar al pueblo
Autora: Helena Bricio
Espacio 93 se estrenó como club de techno en mayo del 2017 en Santiago de Chile con increíbles jornadas musicales que iban viento en popa. Trabajaban con las mejores sesiones y promotores nacionales de techno en largas e increíbles jornadas con artistas extranjeros y nacionales.
Desde el estallido social del 18 octubre 2019, las actividades en el club se resistieron, al convertirse este estallido social en un antes y un después en los privilegios de unos y pesares de otros. Es este el punto de partida en el que el club empieza a sacar fuerzas para funcionar de la mejor manera posible, ya que la mayoría de los asistentes a las marchas eran ravers del club y después de las jornadas de resistencia y protesta, se pasaban por el club para renovar energías y bailar hasta el amanecer. El estallido social no tenía fecha final, y cada día era más intenso que el anterior, convirtiéndose el club en un refugio para todos aquellos que encuentran la paz en el techno, siendo el único club de techno consolidado en Chile.
Durante las manifestaciones sociales, el club seguía operando para dar empleo al staff y DJs, además de recibir a los asistentes. El club sufrió la visita de los gases lacrimógenos mediante las bombas que se lanzaban a los techos que obligaba a que los asistentes saliesen y buscasen otros sitios con mayor ventilación, provocando que los DJ sets fuesen interrumpidos… Pero aún así, la comunidad de Espacio 93 encontraba aliento para seguir en el club a pesar de estas amenazas, que seguían a menos de 1km del club, donde los derechos del pueblo chileno eran abusados en aquellas protestas sociales. Además, el staff de Espacio 93 paseó con distintos artistas internacionales que estaban agendados por el club por los lugares donde se concentraban las manifestaciones para contarles el descontento social de los chilenos, donde a más de alguno le tocó alejarse al no poder soportar el gas asfixiante de las bombas lacrimógenas.
El estallido social se interrumpió el 11 de marzo para dar paso y protagonismo al COVID-19, que ha traido consigo una realidad social y global totalmente distinta en la que el club sigue resistiendo. Al no poder abrir, el club ha tomado la decisión de reinventarse. El gobierno solamente autoriza la apertura de locales y comercios de primera necesidad, y es por ello que Espacio 93 decidió abrir el club en forma de apoyo solidario y resistencia.
La sala ROOM del club era muy especial para los asistentes por su acústica, y la ventana que se encontraba a espaldas del DJ y que daba a la calle, ahora se convierte en el elemento protagonista que revolucionó y reinventó el club.
“Minimarket en la ventana” es la iniciativa de Espacio 93 en la que tras dos meses de trámites se han conseguido todos los permisos y maquinaria necesaria para poder funcionar y emplear al staff. La iniciativa supone una ayuda solidaria y un apoyo para las personas que viven en la calle, un comedor solidario, real y tangible, cuya comunidad se ha volcado para cooperar, trabajando o donando alimentos. Desde la primera partida de 25 almuerzos, se reparte comida todos los días hasta llegar a los 100 almuerzos diarios. El DJ de techno Vares y su amiga Josefina dieron a esta iniciativa el impulso que necesitaba para poder alcanzar a más personas, ya que desde el primer día el club se dio cuenta de que había muchas más personas en la calle de las que ellos contaban y querían proporcionar ayuda a todas ellas.
El club sigue resistiendo, pero necesitan apoyo para seguir con la iniciativa y motivar a todos aquellos que estén interesados en participar. Tus cinco minutos diarios pueden suponer el almuerzo diario de una persona. Visita sus redes sociales para colaborar con Espacio 93 en esta iniciativa tan necesaria.
“Espacio 93 no es solo un lugar, es su gente”