El británico presenta su octavo álbum de estudio donde logra una reconexión total con el sonido de sus primeras producciones
Desde que el pionero de la música electrónica británica Chicane irrumpió en escena en 1996 con la pista seminal de trance ‘Offshore‘, el goteo incesante de clásicos ha sido un devenir nunca encadenado al sonido comercial que de ahora. Veinticinco años después del comienzo de este increíble viaje, Chicane mima a los fanáticos de toda la vida y también de las próximas generaciones de la música dance con su tan esperado octavo álbum de estudio (el noveno si se incluye el inédito de 2003 ‘Easy to Assemble’) ‘Everything We Had To Leave Behind’
Chicane siempre ha sido una preciosa anomalía. Nick Bracegirdle se rodeó de músicos y Chicane era una banda, toda una interacción sonora más allá de un código o una secuencia. Los primeros fans lo sabrán por la belleza de las orquestaciones de álbumes como ‘Far From the Madding Crowd’ o ‘Behind the Sun’.
El nuevo álbum ha sido escrito y grabado durante el año pasado en su estudio en la isla, siendo un recopilatorio de temas de reflexión pacífica y esperanzadora. No es de extrañar que algunos temas como ‘Never Look Back’ o ‘Make You Stay’, logren esa reconexión con aquel joven Chicane, aunque moldeado a través del vórtice de estos últimos veinte años…
La pista de apertura, que representa el sonido del británico en su máxima expresión y también da nombre al álbum, cuenta con la impresionante voz del maltés Joseph Aquilina que se dispara e inspira de una forma que quizá no esperarías.
«Empecé a trabajar con Joseph Aquilina con él cantando en maltés, un idioma que desconocía pero que de alguna manera me parecía reconfortante. Era sano y estimulante, así que lo estimulante se convirtió en la dirección para mí una vez que llegó el título. Tenía que haber algo positivo frente a todo lo negativo.»
De la playa a la pista de baile, esta es la estructura se encuentra en el corazón de este nuevo álbum… Tomando el sol un minuto y sintiendo la llamada a la pista de baile en el siguiente. Catorce melodías llenas de flujo y sin relleno.