Flamenco a la berlinesa
Texto: Ángel Manrique
Foto: Cris Beltrán
Cuando nuestro compañero, Gerardo Cartón, entrevistó a Kid Simius por primera vez para esta revista, en el año 2016, abrió su texto con la siguiente frase: “La historia de Kid Simius es una de tantas sobre como la paupérrima situación de la música en España hace que un joven granadino huya a Berlín en busca de fortuna”.
Saltamos casi tres años hacia adelante y nos encontramos con que la situación ha cambiado poco. El flujo de jóvenes promesas al extranjero continua, Kid Simius sigue viviendo en Berlín y su propuesta sigue triunfando fuera de nuestras fronteras, con su particular visión de la música y el amplio abanico sonoro que compone su paleta.
Fue finalmente al término de 2018 cuando lanzó su LP, ‘Planet Of The Simius’, un disco ecléctico en el sentido más estricto de la palabra, con un trasfondo nostálgico y que nos debe hacer reflexionar sobre la importancia que damos a nuestras raíces, seamos de donde seamos.
Ahora, en enero de 2019, volvemos a sentarnos con Kid para que nos cuente cómo afronta este nuevo año que empieza, los entresijos de su largo y su inspiración para hacerlo. ¡Música, maestro!
¡Hola, José! ¿Qué tal fue tu 2018?
Ha sido un año muy bueno. Ya sabes que en los últimos años se le da mucha importancia a la época de festivales. Este año he tocado en 26 o 27 festivales, lo que está muy bien, y luego hago beats para un rapero y con él he estado en 13 o 14 festivales, así que ha sido un verano tremendo.
Luego el release del álbum ha ido muy bien, incluso mejor de lo que me esperaba y ahora estoy de gira en los clubes, haciendo DJ sets y lives. He estado en México, en Colombia… En Berlín toco a menudo, he hecho varios sold outs. También en Granada, mi tierra, se hizo sold out en Planta Base, aunque fue el único show en España. Ha sido un buen año, uno de los mejores para Kid Simius.
Es la tercera vez que hablamos contigo. La primera fue en 2016 y la otra el año pasado… ¿cómo dirías que has evolucionado en este tiempo?
Sobre todo he evolucionado mentalmente. Siempre he tenido el problema de que soy muy curioso, inquieto, y rebusco en estilos musicales diversos. Todo siempre cortado con la misma tijera, pero muy variado y es algo que siempre he visto como algo negativo.
Durante toda mi carrera en la electrónica, la gente siempre ha sido un poco más cerradilla, están los del techno, los del house… Está todo demasiado clasificado. Últimamente, gracias a Dios, no pero yo siempre veía eso como algo negativo y en este disco ha sido una cosa que he sabido aceptar, sobre todo en los dos últimos años. Ya no lo hago con miedo, lo hago con soltura. Lo veo como algo positivo y el eclecticismo ya lo acepto como algo que está dentro de mí, como mi propio estilo y cada vez me siento más contento.
La última vez que estuviste con nosotros, nos contabas que te costaba “sangre, sudor y lagrimas” acabar los discos, debido a la intensidad del proceso.
Por ejemplo, vemos que está ‘Flute Song’… sabemos que vino a raíz de que sampleaste una ocarina que compraste en una playa de Colombia y que Paul Kalkbrenner hizo un remix hace un año… Este tema, ¿estaba pensado para el disco? ¿Cuánto tiempo te ha costado hacerlo?
De hecho, ‘Flute Song’ fue el primer tema que hice para este disco, en verano de 2016. Desde entonces se concibió el álbum y me fui dos semanas a hacer música a un pueblo. A partir de ahí, y como tengo diferentes proyectos, y uno está siempre por ahí de gira, en el tiempo que tiene uno libre entre fecha y fecha, iba terminando el disco.
Siempre terminar las cosas es duro y sobre todo en este proceso, de hacer el disco, es cuando me he dado cuenta de eso que hablábamos antes, del eclecticismo, de la inquietud por ver cosas nuevas, esa curiosidad que al principio me costaba mucho.
Eso provocó que me dijese a mi mismo, muchas veces, “esto no pega ni con cola” (risas). Empiezas haciendo parejitas, tríos o cuartetos de temas que entran bien y luego pensé: “Mira, soy así, es así como me lo paso bien y no me puedo poner limites a mi mismo”. Yo no soy mi crítico. Soy el que hago música y ya está la gente para criticarla. Al final es una suerte poder vivir de la música y lo que busca uno es pasárselo bien. A partir de ahí es cuando pueden salir bien las cosas, cuando uno está contento con lo que hace.
Esta misma casa estrenaba el vídeo del tema ‘Toda La Noche’…. Una oda progresiva con toques visuales muy folclóricos… En este tema te uniste a la banda colombiana MNKYBSNSS y el video está dirigido por Daniel Eceolaza… y está inspirado por El Paso de la Siguiriya, de Lorca. ¿Cómo surge la idea de combinar la poesía de Lorca con música para crear este híbrido genial? Cuéntanos la intrahistoria…
La idea surgió porque, en realidad, todo es un homenaje a la escena flamenca de Berlín y que está basado en la figura del principal impulsor del flamenco en la ciudad, Manuel Moreno. Moreno era un cordobés, bailaor, que montó una escuela de baile y un centro de música.
En los años 80, cuando no era tan fácil aprender idiomas y había pocas academias, él juntaba a todos los inmigrantes de habla hispana que hubiera en Berlín – ya fueran de Sudamérica o España – y organizaba fiestas flamencas. Había muchos argentinos, colombianos e incluso brasileños bailando flamenco y que ahora viven en Berlín solo por él.
Entonces, Moreno tenía un bastón, con el que marcaba siempre el ritmo, y por eso llevo el bastón en el video y también lo del Paso de la Siguiriya, porque siempre marcaba ese ritmo. Queríamos tener también una conexión con nuestros orígenes, porque como ves en el video, todos los bailaores son inmigrantes, en un país extranjero, haciendo algo de sus raíces. El Paso de la Siguiriya habla de la noche, de la fiesta, de los gitanos… Al final ha quedado todo bastante conectado.
El mensaje final de ‘Made By Foreigners’ no me lo esperaba… ¿es un guiño a esa idea?
Claro. Todos los bailaores que salen en el vídeo, además, eran alumnos de Manuel Moreno.
¿Tu hermano, The Pimientos, ha vuelto a participar en la creación del disco?
Mi hermano ha participado en el tema ‘Flashback’, que es una colaboración con su grupo Kilnamana. Mereció la pena (risas).
Volviendo al tema, también estrenamos el remix de Magit Cacoon… ¿Cómo surge esta colaboración? Magit está llamada a ser, sin duda, una de las cabezas de este nuevo movimiento de productoras tan interesantes que hay en la escena…
Magit vive en Tel Aviv y la conocí en un festival, mientras el coche nos llevaba hasta allí. Estuvimos hablando y yo ya conocía un poco su música, porque había sacado cosas en Katermukke, y tenemos amigos en común. Luego cuando me surgió la idea del disco de remixes y hablo con productores que me gustan, ella estuvo encantada. ¡El remix es brutal!
En el original, contabas con la colaboración de Ana Menjibar y Ana Sola… ¿Cómo surgió esta colaboración? ¿Puede ser el track con más carga folclórica que hayas hecho?
Está claro. Es uno de los temas de los que más orgulloso estoy de todo el disco. Si yo hubiera seguido viviendo en Granada, igual no le hubiera dado tanta importancia a mis raíces, la verdad. Porque tu sabes que en España, y en especial en Andalucía, tenemos la mala costumbre de mirar para fuera, en vez de hacerlo para dentro.
El hecho de estar fuera me ha dado perspectiva y apreciar lo bonita que es mi tierra, Granada, las cosas importantes que hay. Y me entró esa vena también porque es algo que siento como mío, que me pertenece al igual que yo formo parte de ello y que me representa.
Empecé a hacer cosillas y conocí la escena de flamenco que hay en Berlín. Está muy debajo de las piedras y es más underground que el techno (risas), pero la hay. Empecé a conocer gente y, entre ellas, la bailaora Ana Menjibar, que también pinta y hace performances.
Dentro de poco saldrá un disco de ella y mío, y lo que hacíamos era que ella se ponía a bailar y yo le grababa los taconeos, y le hacíamos triggers, con sonidos más electrónicos, y trasponemos los estándares flamencos a la electrónica y desde allí ya creamos cosas. A Ana Sola me la recomendaron, porque quería añadir una voz al track. Ella también es de Granada y es gracioso, porque no la he conocido personalmente todavía (risas).
Yo llevaba tiempo detrás de ella, porque hay un tema mío que se llama ‘Berlin Flamenco Ensemble’, que salió en el Jirafa Waves, y que me hubiera gustado que tuviese su voz. En esta ocasión si que salió todo y ha quedado de lujo.
Y, ¿de donde sale la idea de ese sample al principio y final en ‘Discoteca Básica’?
Esto lo saqué también de Colombia. ¡Hay que ver lo que ha dado de sí el viajecito, para haber sido solo dos semanas! (Risas). Me fui a un mercadillo y vendían vinilos, y me compré unos cuantos y uno de ellos, yo pensaba que era un recopilatorio de cumbia. No lo era. Cuando llegue a mi casa y lo puse resultó ser una especie de promo de un hombre hablando todo el rato sobre ese recopilatorio.
Era un doble vinilo en el que no paraba de decir: “Aquí, en Discoteca Básica, encontrará lo más nuevo… También hay reggae, para el amante del reggae…” (risas). Es un toque curioso y que le da carácter.
Además, el órgano donde grabo ‘Discoteca Básica’ es un teclado súper raro, un Vermona de la época del muro de Berlín, de Alemania del Este. Lo vi en eBay y me fui a un pueblo en Alemania, donde lo vendían unos abuelos, lo tuve que reparar y grabé esto. Lo bonito del resto del disco es que tiene historias como esta en todos los temas.
Luego nos sorprendes con ‘Space Jam’, un tema directamente hip-hop… ¿por qué en un disco eminentemente electrónico?
En Alemania, me di a conocer, sobre todo al principio, por hacer beats para diferentes raperos. Así que mis raíces vienen un poco de la época pre-trap, por decirlo de alguna manera (risas). En Alemania pegó fuerte la época de hacer hip-hop con ritmos electrónicos.
En este caso, el beat de este tema lo hice en Jamaica, cuando grababa junto a Maximoto, y me gustó mucho. Al final no acabó en ese disco y lo tenía por ahí, llamé a Kelvyn Colt, me puse los samples en una máquina y el rapeaba por encima. Lo grabé y lo dejé así. ¡Y así se ha quedado!
También te hicimos nuestro particular Off The Record, de julio de 2017, en el que nos contabas que “Nunca me preguntan por los lados negativos de esta profesión y creo que en general se habla poco al respecto”.
Este año ha sido especialmente revelador en ese aspecto, sobre todo tras la muerte de Avicii… ¿Hemos cumplido el objetivo de reconocer el problema? ¿O crees que todavía falta?
Yo creo que la gente no se da cuenta de que los artistas también somos personas. Yo me considero un artista pequeño o mediano y a lo mejor puedo tener un poco más de cercanía. Pero imagínate un futbolista o gente que gana muchísimo dinero, tiene que aguantar que le griten: “¡Con el dinero que ganas y no corres!”, y ese tipo de cuestiones.
Y hay gente que es muy sensible y los comentarios destructivos le pueden hacer muchísimo daño. Hay un artista que igual abre la DJ Mag y ha escrito alguien que es una puta mierda y tiene que acabar en el psicólogo. Uno trabaja mucho, muchas horas, esfuerzo y ralladuras de cabeza, porque al final no sabes si le va a gustar a la gente o no y quizá de eso dependa tu familia.
Es una profesión en la que casi nunca se sabe lo que va a pasar el año que viene, entonces se pone muchísima carne en el asador. Es una parte muy privada de ti que abres a la gente y si no estás mentalizado, luego te puede herir mucho. La gente no es consciente de que los comentarios negativos a muy mala leche puede herir a ciertos artistas.
¿Te ha pasado?
A mi no. Nunca han escrito nada tan malo y cuando lo han hecho, me ha entrado la risa porque te das cuenta de que ni siquiera han escuchado el disco o ha sido algo puntual y lo han escrito por escribir. A lo mejor si una persona me hace una crítica súper detallada, que ves que lo ha escuchado bien, y es negativa, te puedes venir abajo. Pero tampoco.
Además hoy en día, donde todo el mundo puede dar su opinión, eso hace que las personas más sensibles y vulnerables sean todavía más susceptibles.
Ayer, por ejemplo, leía en El Confidencial, alguien subió un artículo que se llamaba “Los 10 Peores Discos Del Año”. Entonces decía este hombre: “Bueno, como todos están haciendo las reviews de los 10 mejores discos, pues yo voy a escribir los 10 peores”.
Y lo hacía con una mala hostia, que como lo lea el afectado, cualquiera se viene abajo. Y más si tienes ciertas expectativas puestas en tu trabajo. También es cierto que te expones a esto al publicar tu música, pero no hay que llegar al extremo.
¿Qué futuro tiene Jirafa? ¿Seguirás publicando solo tu música?
Jirafa siempre ha tenido el planteamiento de sacar los discos de Kilnamana y míos, pero no tengo el tiempo para hacerlo como a mi me gustaría y tampoco para dedicarle a otros artistas. Por eso Jirafa seguirá siendo una plataforma para mis producciones y mi música.
Finalmente, José, ¿qué planes tienes para este año que empieza?
Me gustaría acabar finalmente el disco de flamenco, que llevo haciendo desde 2016, y que por unas cosas y otras todavía no he acabado, siguiendo esa línea de ‘Spanish Footwork’, con Ana Menjibar, y que sea una mezcla del sonido de Berlín y la gente de Andalucía que vive aquí. Es como si fuera una investigación histórica de los extranjeros andaluces que vinieron a Berlín, y que intentan hacer cosas de su tierra, adaptándolas al entorno. También gente que son segundas y terceras generaciones. También tengo varias colaboraciones programadas, que ya iréis viendo, y tocar mucho. ¡Contra más mejor!
¡Muchas gracias por tu tiempo, José!
¡A vosotros por el apoyo!
* Extraído de DJ Mag ES 96