El prodigio noruego publica casi por sorpresa su nuevo EP que unifica catorce temas en una sola pieza, cuya portada muestra al de Bergen con apenas unos cuantos meses de vida, en la que quizá fue su primera toma de contacto con su inseparable amigo de cola. Si ese pequeñajo supiese el universo que él mismo iba a crear dentro de unos años…
En este emocionante viaje, Kygo invita a unos cuantos artistas, destacando a Gryffin y a Sam Feldt en la producción, sin olvidar a bandas como DNCE y Lukas Graham, cantantes como la cantante alemana Zoe Wees y el australiano Dean Lewis.
Antes de emprender este camino, se recomienda tener al alcance una caja de pañuelos.
La primera de las catorce no podría ser otra canción que ‘Gone Are The Days’ una canción que acaricia almas y le pone los pelos de punta a cualquiera. En ella, Gillespie relata la historia de una persona que ha perdido la calidez y se encuentra en un momento de incertidumbre, melancolía y como muchas veces uno mismo puede ser su mayor enemigo. Una oda a la juventud y al clima mediterráneo, que evidencia como Kyrrell ya no es ese chico que soñaba con eternas mañanas soleadas, sino ahora también compone canciones que a priori rompen y ayudan a sanar el corazón conforme te adentras en el tema.
En segundo lugar, pero no por ello mejor ni peor que las demás, Zoe Wees una jovencísima cantante de Hamburgo, ahonda en nuestra melancolía hablando del nubarrón gris que muchas veces aparece encima de nuestra cabeza (casi sin previo aviso, como la forma de anunciar el nuevo álbum!), la dificultad de esbozar una sonrisa con una voz innata, que sorprende por su madurez y realidad pese a su corta edad (tiene 18 años recién cumplidos y también ha colaborado con Felix Jaehn). Pese a todo lo nombrado anteriormente, el tema melódicamente nos dibuja una sonrisa en la cara, a pesar del mensaje pesimista que arrastra la pista.
El podio cronológico de las tres primeras pistas lo completa ‘Lonely Together’. Me llamó la atención que Kygo haya usado un título que usó Avicii en su último álbum en vida terrenal ‘AVÏCI 01’. No olvida al maestro y, a ritmo de música disco retroinfluenciada por algunos de los temas que vienen a continuación, con los que ya había experimentado en el pasado… aquí Dagny nos habla de una relación que pierde la magia y que no aporta nada ya. En disonancia con el agridulce mensaje para el ex miembro de la pareja, la melodía es bastante bailable y alegre. Llama la atención como las letras tratan temas tristes con naturalidad y terminan siendo una válvula de escape en la que los sujetos terminan resolviendo su probla de la forma más complicada y efectiva.
En puestos Champions, el tema junto a ‘X ambassadors’ puede responder a la anterior canción hablando de todo lo que significa para él su relación amorosa, de todos los errores que ha cometido, incluso haciendo referencia al estrés postraumático rompiendo todo tipo de tabúes.
Después de este huracán emocional, no hay quinta estación pero casualmente la quinta canción, de nombre homónimo al álbum, habla de lo bien que le hace sentir una persona. Con una práctica que ya hemos escuchado en temas de Alan Walker y Don Diablo, no es otra que usar una dualidad vocal entre timbres masculinos y femeninos.
Estando ya más animados, la sexta canción ‘Dancing Feet’ al compás de buen funk que tanto añorábamos en las producciones del polifacético artista nórdico. Vestido como un miembro de Abba infiltrado entre la agrupación comandada por Nick Jonas, Kygo nos sorprende una vez más haciéndonos tocar el techo del club con nuestras manos sin saltar.
En séptimo lugar, ‘Fever’ haciendo un pequeño guiño a la Fiebre del Sábado Noche, nos adentra en un mundo en el que nos trae de vuelta a Lukas Graham, la banda danesa del barrio de Christiana, que, una vez superados esos recordados ‘7 years old’ han crecido y son el acompañamiento perfecto a esta frenética instrumental compuesta por Kygo y Petey Martin.
Después de una buena resaca, ¿qué mejor que un tema angelical de Kygo?
El noruego se propuso crear la cancion perfecta para combatir los efectos adversos de la resaca, junto a Gryffin y Callum Scott. Una canción que habla de la enésima vez en la que prometió no hacer algo y finalmente volvió a suceder. Estaba perdido y se despertó enamorado. No sabemos si correspondido. ¡Qué le quiten lo bailao’!
La esperadísima colaboración con Sam Feldt llegó y vosotros ahí tan tranquilos…
La canción más atrevida que recuerdo. How Many Tears Nos pregunta que cuántas lágrimas hemos derramado escuchando a Kygo.
De acuerdo con las normas de la gramática inglesa, no necesariamente debemos proporcionar un número. Por tanto, aquí se añora a una persona y se reconoce que los extraños no pueden sustituir a esa persona, a ritmo de un Electro Pop housero bastante tropical y animado en contraste con la pena que inunda la letra.
Tras ella, Dean Lewis reconoce que nunca se sintió querido en ‘Never Really Loved Me’ con una melodía progresivamente Tropical. Su voz es sincera y penetrante. El intérprete australiano demuestra que su lugar va a caballo entre la música acústica y electrónica pausada.
‘The Way We Were’ relata una plegaria que alude a un sueño en el cual pide a Dios que esté a tiempo para una segunda oportunidad. No se trata de una canción de Quevedo. Ni por la textura de su voz ni por la profundidad de la letra.
La segunda parte del romancero australiano corre a cargo del bueno de Dean Lewis. Aquí en ‘Lost Without You’ habla de lo mucho que echa de menos a esa persona, y de la importancia de valorar a las personas cuando están cerca.
Todas las cosas buenas tienen su final, por ello Kygo decide no terminar todavía el álbum ‘All For Love’ incluye una placentera introducción a piano, con unas estrofas de Stuart Chirtchon que derivan en un drop deep melodic house muy fresco con unas guitarras eléctricas sintetizadas en el segundo drop, prueba de la versatilidad del de Bergen en su proceso creativo.
Para terminar, ‘Freeze’ nos conduce a ese éxtasis tranquilo que todos necesitamos. Lo estás haciendo mejor de lo que crees, date un descanso y tómate 8 minutos para escuchar este tema. Lo agradecerás. Aquí no hay demasiado que decir, pero sí mucho que gozar.
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