Dicen que si se nos pone la piel de gallina al escuchar un tema, podemos considerarnos neuróticos de libro… Hablamos con Mara Aznar, Psicóloga general sanitaria experta en predicción del comportamiento y personalidad para que nos cuente las verdades y mentiras de dicha afirmación.
Autor: Mara Aznar
Foto: Bart Heemskerk
Respiración acelerada, aumento de la frecuencia cardíaca, pupilas dilatadas y la piel de gallina. Así reacciona el cuerpo cuando vemos aparecer a esa persona que nos atrae tanto, cuando pasamos miedo o, solo algunos, con la emoción de estar escuchando música que nos gusta. Esto es lo que provoca la adrenalina.
Si nos centramos en la música, puede que nunca se te haya erizado la piel cuando está sonando un tema que te gusta (ya lo siento) o que lo hayas experimentado solo de manera puntual. Pero lo cierto es que algunas personas, sienten una reacción física, cuando escuchan sus canciones favoritas. Si eres de esos, la ciencia -como casi siempre- tiene una respuesta.
Según el estudio del psicólogo americano, Mathew Sachs, se demuestra que las personas que desarrollan apego emocional y físico hacia la música, tienen estructuras cerebrales diferentes a los demás. Esto se debe a que poseen un volumen más denso de fibras cerebrales, lo que provoca que áreas de la corteza auditiva y áreas que procesan las emociones se comuniquen mejor y, a menudo, experimenten emociones más fuertes e intensas como la extra fina sensación de la “la piel de gallina” al escuchar música que nos agrada.
Lo que me lleva a deducir que esas personas son las mismas que manifiestan a menudo emociones fuertes e intensas como, por ejemplo, la que nos trae hoy aquí. Y esto es lo que se conoce como personas neuróticas. Sí, vosotros intensos e intensas por naturaleza, esos que os lanzáis a lo que venga sin pensar, que os enfadáis por todo y nada a la vez, que os preocupáis por defecto y en exceso, siempre sintiendo al 100% para bien y para mal… Sois los mismos que cuando está sonando ese tema que os encanta vais al de al lado a decirle: “¡Mira, la piel de gallina!”
Vuestra manera erizada de estar en el mundo tiene una razón biológica. El neuroticismo es un rasgo de personalidad, que nadie se asuste que no tiene nada de patológico y funciona de la siguiente manera:
Dentro del cerebro coexisten dos sistemas, el Sistema Simpático y el Parasimpático, cuando uno se activa el otro se inhibe. Pues bien, ser más o menos neurótico depende de que el Sistema Simpático se active con mayor frecuencia, provocando todo tipo de respuestas emocionales. No quiere decir que las personas menos neuróticas no puedan experimentar emociones fuertes. Nadie se libra de ponerse un poco intenso en un momento dado. Lo que ocurre en las personas con bajo neuroticismo es que su Sistema Simpático no se activa tan fácilmente, por tanto, es menos probable que experimente este tipo de sensaciones.
Quizás esta reflexión te haga cuestionarte a que bando perteneces y te plantees como te relacionas con el mundo a nivel emocional. ¿Se te ponen los pelos de punta?
* Extraído de Dj Mag Es 084