Menos acostumbrados pero buenos conocedores de los festivales invernales, en esta ocasión nos desplazamos hasta los Alpes para conocer de primera mano qué se cuece de montañas adentro de un festival como Rise Festival.
Texto: Diego Fernández
Menos acostumbrados pero buenos conocedores de los festivales invernales, en esta ocasión nos desplazamos hasta los Alpes para conocer de primera mano qué se cuece de montañas adentro de un festival como Rise Festival; un evento que el pasado diciembre celebraba con una calurosa acogida su segunda y renovada edición, esta vez amparada por los mejores nombres de géneros tan dispares como el grime, el trap el drum n bass o algo de discofunk. Pero como suele ocurrir en eventos similares –véase Snowglobe o Snowbombing-, en éstos, el espectro, marco y engranaje sonoro apenas importa. O por lo menos así se percibe rodeado de mayoritariamente británicos, hasta las cejas de alcohol, globitos de la risa y mucho Jaggermeister.
Albergando a casi 5000 clubbers, Rise Festival presume de ser la fiesta a mayor altura del planeta; así lo muestra su propio slogan “Party in the Top of The World’. Y vaya si lo es. Hasta veintitantos artistas desfilaban por las cabinas francesas durante la segunda semana de diciembre alternando entre ski y actuaciones a partes iguales. Y hablamos de actuaciones, en plural, porque al parecer, este año el festival ha conseguido ampliar sus horizontes sonoros contando con más escenarios, mejores fusiones entre sesiones y residencias –como las de Ibiza Rocks, Data Trasnmission u Hospitality-, con horas de cierre ampliadas y mejoradas, y aglomerando casi el doble de asistentes que en su primera edición el pasado año.
Acudir a Rise tampoco cuesta demasiado, pero no se trata de volar a un destino en particular. Aeropuertos como los de Grenoble, Lyon o incluso Toulouse son más que válidos para poder asistir incluyendo su abono hasta 6 días de forfait. Por supuesto, es el propio festival el que facilite a sus asistentes el alquiler de equipo, clases particulares y o colectivas con monitores locales o alojamiento para la estancia completa.
Y es que Rise Festival apunta maneras. ¿Qué mejor que unas bajaditas en la estación de Ski de Les Deux Alpes entre bolo y bolo, y flotando entre nombres como Novelist, Ms Dynamite, Axel Boman, Sigma, Jackmaster, So Solid Crew o Skream? Pues eso es lo que depara un evento como Rise; la excusa perfecta para esquiar en los más de 200 kilómetros esquiables que ofrece la estación y pegártela gorda durante 7 días a pies de los Alpes franceses.
Entre sus escenarios más destacables, y probablemente el núcleo y sobre el cual gira la mayoría del festival es el Pano bar, una cafetería reinventada y confeccionada a medida, a casi de 3000 metros de altura a la que únicamente puedes atender subiendo en la telecabina que parte desde el centro del propio pueblo. Con un horario de 1 a 5 de la tarde, Pano resulta ser la trampa amistosa del festival. O esquías o bailas. Así de simple. Y es que en eso consiste, ¿no? Y dependiendo del día –de domingo a jueves-, un género musical u otro. Por eso podemos y debemos reseñar actuaciones como las de Jackmaster y Axel Boman, tirando de clásicos para animar al personal, o la de So Solid Crew, desastrosa ésta última debido a los problemas técnicos con los que se encontraron los británicos.
Pero no todo acontece en las pistas de esquí. Rise festival brinda un ‘aprés-ski’ sin igual, contando con más de 10 garitos; Jukebox, Avalanche o el ‘W.AR, un espacio multiusos con forma de polideportivo éste último, con una capacidad para más de 8 mil personas y por las que desfilaron nombres como MissinGo, High Contrast, Evian Christ, London Elektricity, Metric o Etherwood entre otros.
Siendo claramente un festival enfocado y centrado en los ritmos electrónicos que se destilan en el Reino Unido, el grime, el hiphop, el trap, Uk garaje, bass o el drum n bass son indudablemente las joyas de la corona en cuanto a musicalidad se refiere. Actuaciones difíciles -casi imposibles- de ver en nuestro país como las de Novelist en Pano bar, el drum n bass de la banda Sigma y Ms Dyanamite en el main stage –ubicado en la plaza central del pueblo-. Bastante loca la actuación de una de las reinas del hiphop más grimero y garajero, que aún con sólo media hora larga de actuación consiguió meterse al público entregado en el bolsillo. Decenas de jóvenes a hombros de sus respectivos y mucho pogo y lanzamiento de birra local. Y reiteramos lo de público joven porque eso es lo que compone el Rise; un abanico de edades entre los escasos 18 y hasta los 26 o 27; como mucho y tirando por lo alto. Juzguen ustedes mismos…
Por lo demás, “big up” a otra de las sesiones del festival como la del b2b entre el señor Boman y Jackmaster. Sí, sorprendente que el escocés consiguiera mostrar su faceta más ebria, brindando a los asistentes del Pano una sesión clásica, fusionando clásicos del house neoyorkino, pinceladas del afrancesado french touch, funk, algo de electro y un disco crudo y guarrete. Igual de efectiva pero más contundente fue su actuación esa misma noche en el escenario W.A.R Arena junto a otro de los grandes en esto del disco funk como Skream. Temas como ‘Sometimes I feel So Deserted’ de TCB, ‘French Kiss’, ‘Madan’ de Salif Keita o ‘Fade to Grey’ de Visage tenían cabida sin excepción en la mejor noche que recordamos por esos lares.
Avalanche Club es otro “must” en el festival. El club de Les Deux Alpes por antonomasia, cuya apertura se prolonga hasta las 7 de la mañana y por donde pasan la mayoría de sus artistas a lo largo de la semana. Un club pequeño, íntimo y familiar capaz de albergar fiestas de marcas tan dispares como Rinse, Klear o Data Transmission así como hacer que tu esquí del día siguiente se retrase más de la cuenta. Lo esperado, vaya…
Día homenaje al jersey navideño, inmensa guerra de bolas de nieve, encendida colectiva de luces de Navidad del pueblo o Roller Disco en una pista de hielo municipal…Rise promete no sólo esquí y fiesta sino diversas actividades para los esquiadores que no lo son tanto. Al igual que la mágica noche de despedida y cierre, con una fiesta secreta para no más de 250 personas y en mitad de la montaña, Rise se postula como otro de los festivales a tener en cuenta durante el próximo 2016 en esto del mundillo del clubbing en la nieve. Y sino al tiempo. Ya lo sabéis, el que avisa no es traidor. ¡El próximo año, todos a bailar a golpe de bombo y copos de nieve, en la Rave a mayor altura del planeta!