L’underground Parisien.
Texto: Joy Lavoe
Aprovechando nuestro paso por Paris, cómo íbamos a desaprovechar la ocasión de charlar con dos de los colectivos más activos de la capital gala que además comisionan y albergan un festival como el Macki Music Festival. Y es que en esta segunda edición, el evento ha vuelto a mantener una programación única en el panorama festivalero francés, con probablemente lo mejor de las ultimas tendencias groove y urbanas y con ramalazos de techno y house fusionados con un toque de lo más poppy.
La Mamie’s (la abuela) y Cracki son los dos colectivos en cuestión, que asociados en 2014 para darle vida a una idea de experiencia musical, han ido acompañando y acoplando numerosas actividades y animaciones en torno a espacios de aprendizaje y recreo, educativas interactivas y sorprendentes. Entre sus aventuras sonoras, tales como lanzar samples a través de pepinos y piñas o montando en un slack-line. Por eso, en esta ocasión nos citamos en una cafetería parisina, con Donatien de Cracki Records y Victor de La Mamie’s, para que de un modo general nos acerquen su concepto de la escena nocturna y nos hablen de sus inicios en el underground parisino.
¿Cómo os unís, en que momento y por qué?
V: Salíamos por los mismos lugares y cada uno de los colectivos tenía como meta organizar cosas diferentes de lo que se hacía en las capitales europeas. Nos conocimos en un hangar de Ivry a las afueras de Paris, hará 5 años. Cracki organizaba una fiesta justo antes de nosotros. Y el espíritu fue como un revival de las fiestas underground para nuestra generación..
¿Qué os lleva a desmarcaros de la escena tradicional y volver al tradicional fiesta out-club?
V: Bueno, se instauró la ley Evin que prohibía fumar en los clubes. Y nuestra influencia externa, procedente de Londres, Berlín, incluso Madrid hizo que nos fijáramos en ellos. Lugares en los que no estaba penalizado fumar y los precios de las consumiciones y accesos no eran prohibitivos.
D: Lo que principalmente nos movió fue el precio de lo que se movía por Paris. Era siempre lo mismo y a precios desorbitados. Eso nos llevó a abrirnos a nuevos formatos, fiestas diurnas, lugares atípicos, estilos musicales que se podían poner de día…
¿Cómo fue el acercamiento a la música electrónica?
V: Con 18 años fui a una fiesta en unos estudios de tele en Saint Denis organizada por WeArt, y ahí se dio la chispa de mi interés. Descubrí otro mundo, con mucha mezcla de culturas y intereses. La gente no se mira, solo baila y disfruta. Eso estuvo todo ligado a la electrónica. Nos pillamos unos platos, descubrimos los disqueros, el vinilo, -que fue otra gran historia de amor- y poco a poco se fue convirtiendo en nuestra cultura y forma de vida.
¿Amor por el vinilo?¿Debo entender que despreciáis el formato digital?
No, en absoluto. El digital es comodidad, y no vamos a juzgar a un Dj por si pincha con vinilo o digital. Lo interesante del vinilo es la relación personal con el disquero… la primera selección en casa antes de ir a pinchar e irte como decía Theo Parrish: “arrastrando tu fardo, que es físico y puedes tocar.”
¿Por qué en forma de colectivo y no solos?
D: Es una historia de amistad, caminar juntos y poder decidir nosotros. Bueno, en la medida de lo posible. Obviamente es inevitable depender de alguien, hay mucha gente alrededor que nos ayuda a avanzar, ya sea financieramente o técnicamente, pero el fin es ser independiente. Que la dirección artística imponga determinado artista o cualquier tipo de presiones. Intentamos velar por la cultura y a lo mejor le llega a menos gente pero los que están reconocen el esfuerzo que se hace.
¿Qué me decís de la escena francesa? ¿Cómo la encontráis actualmente?
D: La intentamos promover lo máximo posible, sobre todo en el festival. El año pasado en los talks estuvieron colectivos como Sonotone. Este año vienen D.Ko y toca Antinote en el opening. Intentamos impulsar hacia adelante nuevos talentos todo lo que podamos.
¿Siempre, y sólo, nuevos talentos?
V: Sí, no queremos ser categóricos y no prestarle atención a la vieja escuela pero siempre intentamos tirar en todas las direcciones. El mejor ejemplo de ello es poder contar con una leyenda del Afrobeat como Tonny Allen…
Llevo unos 8 años sin estar en Paris, ¿Qué ha cambiado desde entonces?
V: Bueno la ciudad se ha abierto bastante en este periodo, ha dejado de ser una ciudad museo. Hoy en día es una pasada, si ves el linup para una noche en Paris hay para todos los gustos. Y la escena también ha crecido mucho, la riqueza es similar a la escena rock.
¿Cómo os desarrolláis y conseguís que crezcan las fiestas que convocáis?
D: Nunca le vimos una finalidad al concepto, pensábamos en hacer fiestas y poner la música que nos gustaba. Simplemente empezamos a conocer a gente con la que congeniábamos, -sobre todo en casas ocupas-, y fue creciendo sólo.
V: Empezamos a darnos cuenta que igual empezábamos a necesitar una consigna, que había vecinos, que el sonido era mejorable… en fin, sobre la marcha nos fuimos dando cuenta que crecía pero no fue algo buscado. Simplemente ocurrió.
¿Qué os aporta y que os quita el trabajar en colectivo?
V: Realmente es un dualismo; ayuda tener muchas opiniones sobre ideas o lanzamientos. Y lo que no ayuda, pues es lo mismo, el tener demasiados puntos de vista puede ser contraproducente.
D: La diversidad es lo que enriquece pero siempre se necesita una lima para darle forma a las ideas.
¿En quién os inspiráis para llevarlas a cabo? ¿Alguna otra fiesta en el punto de mira?
V: A La Mamie’s nos inspira enormemente Gilles Petterson, en el concepto, la radio, el festival, los sellos y subsellos. También Antal de Rush Hour, la forma de crecer y de llevar el sello, la tienda y la crew son realmente sencillos.
D: Para Cracki, si tuviese que elegir serian las Siestas Electrónicas en Toulouse y en Paris. El año pasado no desvelaron su programa, la gente viene por que confía; al revés de los festivales que apuestan por billetazos para el llenazo. No se viene solo por un nombre, se viene a descubrir.
¿Qué os lleva hacer el Macki Music Festival?
D: Pues es el afán de crecer y aprender. Para nosotros es un reto, el trabajo de todo un año. Con esos proyectos aprendemos enormemente. Para esta segunda edición ya estamos más serenos que el año pasado en cuanto a producción y programación se refiere. Te toma un montón de tiempo y se esfuma en 3 días, es lo mas excitante e intenso.
V: No es algo sencillo ya que por el simple hecho de contar con artistas no tan presentes en la escena nos obliga a crear cierta expectativa. Nuestro público acostumbrado a pagar 10 pavos para todo el día, puede que no entienda lo de soltar 40 para un festival. También intentamos trabajar en ese sentido, intentar que el público entienda que si se paga algo más es por algo.
¿Qué artista francés respetáis por sus principios?
D: Seria Laurent Garnier, siempre produjo a gente del underground francés. El hecho de cerrar el sello para no convertirlo en un simple objeto de mercado merece todo nuestro respeto. Y encima ahora ocupamos las viejas oficinas de F-COM, así que…(risas).
V: Puede que suene raro pero yo diría Daft Punk. El poder controlar las ‘major’, decidir sobre tu imagen, sacar lo que te plazca, no haber vendido sus masters… Conceptualmente son para mi los mayores atracadores de ‘majors’ de la historia. Luego puedes apreciar o no lo que hacen, pero a nivel contractual y de imagen de marca, son únicos.
Para terminar ¿Cuál es la última mejor compra musical que habéis hecho?
V: Hunch Music de Hunee. Bishop Nerou producido por MfDoom, y el último disco de Tony Allen.
D: Los releases de Route 8 en Lobster Theremin. Y el ultimo Ep de Stump Valley es brutal.
¡Muchas gracias por vuestro tiempo chicos. ¡Nos vemos en el Macki!
¡Gracias a vosotros. Un placer!