Digging a la escocesa
Autor: Eduardo Pérez Waasdorp
Jonnie Wilkes y JD Twitch (Keith McIvor) son las mentes detrás de Optimo, uno de los dúos más longevos y reverenciados de la escena electrónica europea. Con su selección musical alejada de los ritmos techno tan característicos de su ciudad, Glasgow, esta pareja lleva 20 años haciendo bailar a todas las generaciones que han desfilado delante de sus platos, gracias a su reconocida habilidad por desempolvar gemas ocultas de la música. Respetados por toda la escena, justo antes de su paso por una de las citas veraniegas más esperadas de Barcelona, DGTL Festival, y tras habernos visitado en varias ocasiones este año, los creadores de la mítica sesión de domingo Optimo (Espacio) se sientan con nosotros para repasar los detalles que les han llevado a ser uno de los dúos más reconocidos y queridos del panorama. No muy dados a las entrevistas, en este raro – por inusual – encuentro charlamos con los escoceses sobre su pasado, su presente – además de DGTL, en agosto presentan su propio festival, Optimo 20, en su ciudad – y qué les depara el futuro después de dejar de lado, en 2010, la residencia que les llevó al olimpo como selectores y diggers. ¡Música, maestros!
¡Hola Jonnie, hola Keith! ¡Es un placer teneros en la revista después de veros en Sónar y Bilbao este año, y antes de DGTL! ¿Cómo fueron estas experiencias?
Jonnie: ¡Sí! Bueno, no hemos tocado mucho en España durante los últimos años. Quizá un par de veces o tres al año. Pero este año hemos vuelto a tocar con más asiduidad, sobre todo en el País Vasco, en San Sebastián y Bilbao, en una nueva fiesta, y también en Biarritz, en el País Vasco francés. Lo que más me gustó de estas experiencias fue que fueran al aire libre, en terrazas, fue muy bien.
Claro que el debut en Sónar, cerrando uno de los escenarios, fue un bolo tremendo para nosotros, nos encantó ser invitados por primera vez, ya habíamos tocado en la Off-Week, y no sabíamos muy bien qué esperar… Pero al llegar el público parecía muy abierto a todo tipo de música.
Keith: Ahora es un momento muy ocupado del año… acabamos de volver de Croacia, Ámsterdam, muy ocupados con el sello, nuestro festival… Y sí, fue nuestra primera vez en el País Vasco este año, ¡fue genial! ¡Aún me acuerdo de nuestra primera vez en España! Fue a principios de los 2000, en Barcelona, quizá Razzmatazz… Y aunque yo ya había tocado en Sónar en solitario, sí que fue la primera vez de Optimo, un poco de miedo escénico, con todas las cámaras y tal, pero una gran experiencia…
Glasgow parece estar volviéndose en una ciudad de moda en la electrónica… Este año el mítico sello Soma, de Slam, cumple 25 años; vosotros 20; además de que ha surgido toda una nueva generación con gente como Jackmaster, Jasper James, Denis Sulta… ¿Qué pasa en vuestra ciudad?
J: Bueno, siempre ha habido una energía tremenda en Glasgow. La música electrónica golpeó a Glasgow como hizo con el resto de grandes ciudades de Reino Unido, pero más que en otras ciudades, en Glasgow florecieron los estilos más interesantes. Y no sé por qué estamos produciendo tantos jóvenes talentos, la verdad, pero si te puedo decir que no solo está pasando en la electrónica. Glasgow es una ciudad donde puedes oír grandes bandas locales todas las noches, tenemos una fábrica muy rica de jóvenes talentos, estudios y espacios para practicar, además de la gente intercambia información, colabora entre sí y con artistas de otros géneros.
K: Yo tampoco creo que sea un fenómeno. En Glasgow siempre ha existido una energía tremenda, una escena musical muy nutrida. Finalmente, una buena parte de ese talento está siendo reconocido y parece que en todas partes del mundo se están dando cuenta de lo que está pasando en la ciudad y de que hay algo especial y diferente en ellas. Aunque eso es algo que todos sabíamos, esa búsqueda por no sonar como el resto del mundo. Antes has mencionado a Jack (master), a Jasper (James), a Denis (Sulta), que son tremendos músicos y DJs, pero hay una cantidad tremenda de gente que no está teniendo la misma atención que ellos y que también tiene un gran talento. Estoy muy orgulloso de ellos, pero me encantaría que todos obtuvieran ese reconocimiento.
Bueno, es cuestión de tiempo, viendo la calidad de los artistas que salen de Glasgow… El caso de Denis Sulta es tremendo, en Sónar fue una de las sesiones más aclamadas… Y luego tienes el legado de gente como Harri, u otros residentes del Sub Club…
J: ¿De verdad? ¡Eso me encanta! Además, ¿sabíais que Harri es el padre de Jasper James? ¿No?
¡Sí! Es una conexión tremenda y es genial ver cómo el legado pasa de una generación a otra…
J: ¡Así es! Estos chicos solían venir a nuestras fiestas y sé de buena mano que se vieron tremendamente influidos por lo que experimentaron y por la música que pusimos. Ahora son tremendamente famosos y nos piden que vayamos a tocar con ellos (risas).
Como decíamos, este año vuestro concepto cumple 20 años… ¿Cómo os seguís llevando bien después de todo este tiempo? ¿Cómo es trabajar el uno con el otro?
J: Bueno, la gente nos pregunta mucho esto, especialmente este año. Es una relación muy larga. De hecho, ha sido mi relación más larga (risas) y la más exitosa (risas). Tenemos una agenda apretadísima, más de 200 viajes al año, siempre juntos, en este ambiente tan intenso. Hay mucha presión para dos personas y creo que la razón por la que tenemos una amistad sin fisuras, con respeto, y una relación musical duradera es porque nos damos mucha privacidad el uno al otro. Entendemos que cada uno tiene unas necesidades y unos talentos individuales, como artistas. Lo que yo necesito para realizarme, él (Keith) me deja tenerlo. Y yo le dejo tener lo que el necesite para realizarse. En casa, dejamos nuestras familias como algo privado. Otra cosa es que no nos forzamos a trabajar juntos en el estudio, cada uno tiene su espacio personal y creo que eso es quizá lo mejor para tener nuestro espacio creativo también, y no presionamos ideas demasiado sobre el otro.
K: ¡Es la pregunta del millón! (risas) De una forma u otra, nunca dejamos que las cosas se tensasen… Y a pesar de que pasamos mucho tiempo juntos también lo hacemos separados. Creamos esa dinámica que funciona, no sé muy bien cómo, pero lo hace… Cuando empezamos la fiesta hace 20 años lo hacíamos todo y eso creó una conexión muy fuerte. Lo importante para nosotros fue crear una comunidad, que se juntara durante mucho tiempo cada domingo en Glasgow, pusimos tanto cariño en ello que en cierto modo perdura a día de hoy.
Tuvo que ser una locura hacer tantas cosas solo los dos…
J: ¡Lo fue! Pero era lo que buscábamos. Porque para nosotros el techno y el house que se llevaba en Reino Unido en 1996-97 no era nuestro rollo. No era un buen momento, porque se estaba convirtiendo en un ambiente muy masculino, muy agresivo y aburrido. Las mujeres no querían venir a las fiestas porque encontraban que el ambiente y la música eran hostiles y nosotros queríamos hacer una fiesta divertida, así de simple. Donde pudiéramos poner la música que quisiéramos, donde la gente se sintiera libre de hacer lo que quisiera, sin código de conducta ni vestimenta. Solo diversión. Eso cimentó nuestra amistad e hizo que Optimo se convirtiese en lo que es hoy.
En su día fuisteis los primeros en bookear a Richie Hawtin, Jeff Mills o Green Velvet en Europa, cuando aún existía vuestra noche Pure en Edimburgo. ¿Qué dificultades recordáis de esa época y de vuestros primeros años de Optimo (Espacio)?
K: Bueno, teníamos en las manos un club que funcionó casi a la perfección desde el día uno, porque estuvimos en el momento correcto, en el lugar adecuado, pero era difícil ganarse la vida porque era casi lo único que hacíamos. No viajábamos mucho, pero uno sobrevivía. Hasta que Optimo no despegó realmente las cosas fueron difíciles…
Vuestra selección sonora tiende a alejarse bastante del típico sonido techno 4/4 que normalmente uno asocia con Glasgow y el Sub Club. ¿Qué tan difícil fue para vosotros cambiar la mentalidad del público a una selección musical más diversa, en una tan acostumbrada al techno?
J: Hazte a la idea de que cuando empezamos a hacer esto solo había unos pocos asistentes. Hacíamos esto solo para unos pocos frikis como nosotros, cada domingo. Y la música iba de lo sublime a lo ridículo (risas). En la primera hora no poníamos nada de música de baile, solíamos poner lo primero que se nos ocurriese, hasta el punto de permitir que la gente pudiera hablar y ponerse al día de la semana, y podíamos poner lo que fuera. Siempre buscábamos una forma de poner a prueba la idea que la gente tenía de la música, hasta el punto de llevarlos a nuestro terreno. Muchas veces los discos no funcionaban a la primera, sino que había que ponerlos una y otra vez, semana tras semana…
K: ¡Sí! ¡Totalmente! Habiendo pinchado techno durante tanto tiempo, pero gustándonos otra música, quisimos explorar otro tipo de música que no se apoyase en el 4/4. Al principio fue difícil, no éramos muy populares, con suerte llegábamos a los 100 asistentes y la gente se ponía furiosa cuando no poníamos techno. Pero eventualmente, dos años después, la gente lo entendió finalmente y también el hecho de hacerlo en domingo. Por eso creo que la gente se empezó a abrir a la idea de otro tipo de selección.
¿Cómo elaboráis vuestra selección? ¿Cómo hacéis para descubrir todas las gemas sonoras que escuchamos en vuestros sets?
J: Bueno, si te soy sincero es algo en lo que he pensado mucho últimamente, cuando escucho a diferentes DJs estando de tour. He visto, sobre todo en el circuito de grandes festivales, que no se percibe gran innovación porque se junta una combinación de situaciones: la principal es que es fácil ponerse nervioso ante grandes públicos y también que tocas alejado de la pista, y eso no ayuda. En una residencia es diferente, porque estás en casa y te sientes más cómodo tomando riesgos. En los últimos tiempos me ha dado por arriesgarme de nuevo y creo que me he vuelto un poco impaciente con lo que veo o escucho. Espero que el público lo entienda y esté buscando, al escucharnos, algo más diverso o arriesgado – incluso punk…
K: Ahora creo que depende mucho del lugar. Por ejemplo, como dice Jonnie, en Sónar pinchamos durante algo menos de dos horas, por lo que igual pensamos mejor si algún tema va a funcionar mejor que el otro… Pero la cosa cambia mucho si, como acabamos de hacer en Ámsterdam, pinchamos durante casi ocho horas, teniendo el control de casi toda la noche, pudiendo profundizar un poco mejor en según qué cosas. También cambia si lo hacemos en un club o un festival, pero en esencia somos muy adaptables y pensamos mucho en el ambiente y en el público para el que tocamos…
Ahora que dices punk, yo diría también un poco más funk, porque estamos viviendo todo un renacer de ese lado de la música…
J: ¡Sí! ¡Totalmente! Creo que la gente está lista para sentir la música de nuevo, el ser humano es capaz de sentir las cosas y no podemos olvidarnos de eso, de que somos capaces de conmover a la audiencia y no tenemos que hacerlo como el resto… Creo que se trata de ser uno mismo y de sentir que uno puede transmitir algo y meterse en la mente y el cuerpo de la gente con la música. Si uno es realmente un artista y te lo tomas lo suficientemente en serio, siendo consciente de que uno puede juntar a la gente y hacerla disfrutar, creando ese sentimiento de ser todos uno, de sinergia, tenemos que acodarnos de eso. Es un sentimiento único.
Entonces, ¿cuál es el secreto del buen digger?
J: Bueno, ahora es fácil con internet…
K: ¡Me gustaría saberlo! (risas)
Tener una tienda como Rubadub en Glasgow, desde luego, tiene que ayudar…
J: (Risas) ¡Sí! ¡Te haces amigo de la gente en las tiendas de discos, conocen cuál es tu rollo y te llaman cuando llega algo! Cuando empezamos, Keith y yo teníamos el número de teléfono de varias tiendas de discos y llamábamos de vez en cuando, y nos ponían la música a través del teléfono (risas). Luego les mandábamos un cheque y nos mandaban los discos. Pero, como decías con Rubadub, Glasgow es una ciudad pequeña, nosotros ya no podemos hacer digging en Glasgow, porque si vamos un mes es muy difícil que al siguiente haya algo nuevo. Tenemos la suerte de viajar y lo primero que preguntamos siempre es si hay alguna tienda buena de discos en la ciudad a la que vamos, ¿sabes? En San Sebastián, Bilbao, Barcelona o donde sea. Nos tomamos unas cuantas horas y exploramos las tiendas de segunda mano… Pero muchas veces supongo que es más fácil – podrías llamarnos vagos (risas) – ir online, en Discogs, especialmente, además de que puedes hacer un montón de contactos, es genial. Y muy caro…
K: Para mí son muchos años de comprar discos. Yo llevo más de 35 años en esto y creo que la cosa es seguir tu instinto sin importar lo que la gente opine, sin seguir modas. Solo compro lo que realmente me guste, me emocione. Por eso intento conseguir discos que nadie más tiene, aunque eso es difícil, no porque sean caros, sino por su disponibilidad. Con internet yo creo que la cosa va a medias, claro que Discogs ayuda, pero en las tiendas encuentras cosas que no sabes que estás buscando (risas). Como bien dice Keith, lo mejor es explorar esas tiendas locales, donde encuentras joyas locales que son únicas y que pasan a formar parte de nuestra colección. En España pasó mucho con el Bakalao, que es un estilo autóctono, único y cuya música no vas a encontrar en ningún otro lugar del mundo… De hecho, creo que los españoles no se dan cuenta de la tremenda historia que supuso ese movimiento.
Y el sello Optimo Music… ¿Cómo está funcionando?
J: Eso es cosa de Keith…
K: ¡Está yendo genial! Es muy difícil, porque, aunque lees todas estas historias del resurgir del vinilo y todo eso, no todo es verdad. Si es cierto que salen muchas reediciones y que mucha gente está comprando, pero las ventas no es que hayan subido mucho. Todo va mejorando año a año, este va a ser nuestro mejor año hasta la fecha, es muy divertido llevar esto. En verdad es como mi hobby, es algo que siempre quise hacer desde joven, llevar mi propio sello. Y me llevó mucho tiempo poder llegar al punto de poder publicar mis propios discos, tuve que aprender mucho antes de poder ponerme a hacerlo.
No cogéis demos, por lo que se puede leer en el Soundcloud del sello, ¿no? ¿Cómo seleccionas la música?
K: Bueno, alguna cogemos… La mayor parte es por contacto personal o búsqueda de propio. Pero pusimos eso porque llegó el punto en que recibíamos demasiadas y era imposible escucharlas todas. Y algunas veces son buenas y las publicamos. Pero me gusta tener un contacto personal primero con el artista.
El próximo 11 de agosto estaréis actuando de nuevo en España, en el festival DGTL de Barcelona. ¿Cómo es vuestra relación con la ciudad?
J: Llevamos yendo muchos, muchos años. Solíamos tocar siempre en la fiesta Numbers de la Off Week, en Razzmatazz también, Nitsa, Moog, en Picnic Electronic también. Este año hemos conseguido ir varias veces, de nuevo ahora en agosto para DGTL… Llevamos mucho tiempo conociendo la ciudad. Pero para mí, personalmente, solo desde hace unos tres años es cuando he podido conocer realmente bien la ciudad, conociendo los lugares buenos para comer. Antes era como un idiota de estos que va por las Ramblas buscando tapas (risas). Ahora pido un par de días más en la ciudad, eso me ha permitido irme enamorando poco a poco de la ciudad, me encanta nadar en la playa, es impresionante para todo: la arquitectura, el arte, la música, grandes bares, todo al lado del mar. ¡Creo que lo tiene todo!
K: Hemos tenido muy buenas fiestas. Lo más interesante es el cambio generacional, hemos visto crecer a muchos de los clubbers que vienen a nuestras fiestas y también vemos como viene gente nueva. El año pasado estuvimos durante dos o tres días, porque tocábamos para un enorme evento, para Primavera Sound, tremendo, más grande que Sónar, con un tremendo line-up. Y como en el DGTL, está todo en plena ciudad, a tan solo 100m del hotel donde nos quedábamos. Otro grande fue el FIB en Benicassim. En verdad, ¡hemos estado por toda España! Madrid, Valencia y lugares más pequeños, como Cartagena…
¿Qué hay de Ibiza? Vimos que tuvisteis algunas fechas en 2015. ¿Es que no es vuestro mercado? ¿Qué pensáis de la isla?
J: Es verdad. Hace dos años que estuvimos en el DC10… y hace más tiempo incluso abrimos Pacha (risas), con Cassius. También estuvimos un año en Manumission, además en Space. Y hace mucho más compartimos la cabina de la Terrace de Space con DJ Alfredo, hace más de 15 años. Es una isla hermosa para irse de vacaciones, yo no he estado en su parte más comercial y británica, que es San Antonio, me encanta el mar y la buena comida (risas). Pero no es exactamente la mejor plataforma para nosotros, ¿no, JD?
K: Totalmente. La verdad es que no nos emociona mucho pinchar delante de un montón de británicos de vacaciones (risas). No me malinterpretes, soy británico (risas), pero no es emocionante. Es una isla preciosa, pero muchos DJs se concentran solo en pinchar en Ibiza y creo que simplemente no es para nosotros. Es algo un poco raro, pero no es nuestra prioridad (risas).
Hablando de festivales… Vosotros organizáis este año vuestro propio evento, de nombre Optimo 20 Festival. Tendrá lugar justo el fin de semana anterior a DGTL, el 6 de agosto. ¿Cómo surgió la idea de organizar todo un festival?
J: ¡Sí! Va a ser el domingo, empezará pronto en la tarde y terminará tarde en la noche y habrá afterparty en el Sub Club, que es el lugar donde tradicionalmente teníamos nuestra residencia, los domingos por la noche. Así que será la primera vez que volvamos a hacer una fiesta un domingo por la noche desde que dejamos de hacer nuestra residencia… Habrá tres escenarios y podríamos hablar horas sobre el line-up…
K: El año pasado pensamos que sería una buena idea celebrar nuestros 20 años como Optimo en la ciudad que nos vio nacer y traer a gente con la que tenemos una gran relación…
Hemos visto un line-up completísimo… Avalon Emerson, The Black Madonna, Ben UFO, Carla del Forno, King Ayisoba, Midland… ¿Cómo fue hacer el line-up? ¿Algo que queráis destacar?
J: ¡Es tremendo! Es una buena mezcla de DJs y directos, con gente cuya música nos encanta. A menudo nos hacen la pregunta ¿de qué va Optimo?… Y normalmente no tiene respuesta… Pero este line-up creo que refleja cuál es nuestro rollo. Mirando atrás, pero con la perspectiva puesta en el futuro, con estilos musicales muy diversos, con muchos amigos personales, gente con la que hemos trabajado muchas veces, otras que recién hemos conocido. Estamos muy contentos con el line-up y sobre todo con no haber tenido que tirar de los típicos “grandes” cabezas de cartel. Es una gran celebración, pero no es un festival enorme… Está pensado para unas 2500 personas y es la primera vez que lo hacemos. ¡Estamos muy emocionados!
K: ¡Exacto! Lo empezamos a pensar hace mucho, casi un año, y creo que conseguimos equilibrar entre los lives y los DJ sets, pero sobre todo entre artistas conocidos y desconocidos. Como Equiknoxx, un grupo jamaicano de dancehall que vi en un festival en Polonia y me gustaron. No creo que muchos les conozcan, pero seguro van a gustar mucho.
¿Qué es lo más difícil de ser el promotor de un evento grande en contraste con las noches en clubes que solíais hacer?
J: Bueno, parece que, de una manera u otra, hemos conseguido alcanzar a mucha gente. Hay personas viajando desde todas partes del mundo para el festival. Uno de los aspectos que menos me gustan de la promoción son las redes sociales, me deprime un poco a veces. Pero estamos intentando hacerlo de una forma divertida y no metiéndoselo a la gente a presión por la garganta (risas). Es la forma que tenemos de trabajar, intentamos hacerlo interesante y ligero, y creo que va a funcionar bien porque el público está comprando entradas y todo parece funcionar bien. Hemos intentado que el line-up hable por sí solo y es una celebración de la música y así lo presentamos. ¡Os esperamos aquí con un kilt para vosotros!
K: Es una presión diferente. Si tienes una residencia tienes que llenarla y meter un número determinado de gente a la semana. Con un festival es diferente, porque todo es a otra escala. Sinceramente, si conseguimos equilibrar las cuentas, estaremos contentos (risas). No sé si lo haría todos los años, quizá cada dos… ¡ya veremos!
Y, ¿no habéis pensado en retornar con vuestras noches Optimo (Espacio) a Sub Club de forma regular?
J: Es algo que ya está en el pasado. Alguna vez daremos alguna que otra fiesta en Glasgow, podría ser en el Sub Club o en otro lugar. Pero lo seguro es que no volveremos a hacerlo de forma regular. Fue muy especial y estoy muy satisfecho de haber parado cuando lo hicimos, porque nunca decayó la energía y creo que, por nuestra parte, fue una decisión sabia. La fiesta quedó en la memoria de mucha gente y ahora podemos repartir nuestra energía en muchos otros proyectos. La vida sigue y la familia crece (risas).
K: Totalmente. Estuvimos cada fin de semana durante 14 años haciendo esto, fue tremendo, pero es imposible volver. No puedes repetir lo que hicimos y sería imposible tener ese nivel de compromiso de nuevo, pusimos mucho amor y pasión. Y lo volvería a hacer, pero también me gusta ponerlo todo en el resto de nuestros proyectos.
Finalmente, chicos, ¿qué os espera el resto del año?
J: ¡Creo que no tendremos mucho tiempo! Tenemos dos bolos a la semana hasta navidades, cuando daremos una fiesta el día de después de Navidad en el Sub Club y otra enorme en Año Nuevo, también en Glasgow. Y luego descansar, para la inspiración, la familia y la salud (risas)… Aunque creo que ya tenemos alguna fecha para el año que viene…
K: Estaremos de tour hasta final de año, como bien dice Jonnie… Nos quedan unos 10 releases con el sello, también participo como supervisor de música en una película – Beats – sobre la escena de clubes en Escocia, estaré trabajando mucho con el directo. También hago música con una identidad secreta (risas), así que estoy con mi segundo álbum. Con suerte tendré un poco de tiempo para volver de vacaciones al País Vasco (risas).
¡Muchas gracias por la oportunidad, chicos!
J y K: ¡A vosotros!
* Extraído de Dj Mag Es 079